Amanecidos

Acabamos de hacer algo que ni recuerdo la última vez que hice.. y ni me imagino la próxima vez que volveré a hacer y es salir por la noche y llegar con el día amanecido. ¡Vaya Noche! Nosotros no somos de salir hasta tarde, siempre quedamos para cenar y temprano en casa, pero anoche todo se torció, salimos con Francis y María José, que con sus dos niños pequeños tienen pocas oportunidades para salir, así que ayer encontraron «canguro» y salieron liberados. Nosotros tenemos que agradecerles a ellos conocer nuestro restaurante favorito «El Alma». No hicimos fotos de la cena, por que te lo he contado demasiadas veces, pero si que llevaba Javi su cámara en el coche… la fotos serán totalmente diferentes a todas las demás cenas…

Cenamos de maravilla, por supuesto, anoche me tiré a lo vegetariano, con una parrillada de diferentes tipos de setas y arroz basmati con salsa de cacahuetes. Los demás todos lo mismo, un tronco de ibérico con castaás caramelizadas que estaba riquísimo, ya han cambiado la carta y ahora otro cambio a la de verano en un par de semanas. Estaba hasta la bandera, llena la terraza y el restaurante por dentro y no paró de llegar gente en toda la noche para buscar mesas.

Francis y María José nos llevaron la primera vez hace 6 años al Alma, cuando estaba recien abierto. Sentimos tanto feeling por el sitio, que estando cenando reservamos para comer al día siguiente y fuimos con mis padres. Desde entonces es «nuestro sitio», aunque anoche sobrepasó todas nuestras espectativas.

Este es Javier, el dueño del restaurante, que es hermano del marido de la hermana de María José… ¡tiene tres años menos que yo! Y es un tio de lo más sencillo, cercano y un maestro de las relaciones públicas. Con el mejor restaurante de la ciudad y sobre todo, como quedó patente anoche, un tio con las ideas muy muy claras y una filosofía de trato a los empleaños excelente.

Terminamos de cenar a las 3 de la mañana, fuimos la última mesa que quedó allí, todo el mundo se fue ya a casa a dormir y nosotros seguíamos allí de chachara. Al final terminamos dentro, para no molestar a los vecinos con las risas.

María José se metió dentro de la barra y los cinco estuvimos allí hasta las seis de la mañana…. inaudito. No nos dimos ni cuenta, yo recuerdo que eran las 3 cuando nos metimos dentro, pero te juraría que no estuvimos más de media hora, pero eran las seis cuando salimos, nos fue amaneciendo mientras volvíamos a casa. El que está detrás de María José es Javier, se ha cambiado de camisa, antes la llevaba marrón y se la cambió por una blanca ¿Por qué? Por que me regaló la suya, la que llevaba puesta, le dije que me gustaba y allí mismo se la quitó y me la regaló….


Una de las cosas más chulas fue que estuvimos visitando la cocina del restaurante, que siempre es algo interesante y nos estuvo explicando Javier como funciona todo. Es muy interesante el tema de los detalles, pequeñas cosas que hacen que te sientas cómodo y que tú no te das ni cuenta. No cuento nada de esos detalles que son marca de la casa y por respeto a la confianza no debo decir nada, sólo que saber como funcionan las cosas hacen que se valoren más.
Todas las fotos las hizo uno de los camareros, no son mias. Le dejamos la cámara y se dedicó a hacer las fotos por el restaurante y a nosotros mientras estábamos de charla….
Por lo menos, pese a la hora que llegamos tengo que decir que ¡¡No tengo ni pizca de resaca!!

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