Cena con Alarma

Hace unos meses nos avisaron que nos iban a cambiar el sensor de la alarma de incendios y ellos se encargaron de todo, entraron a casa, lo pusieron y nosotros ni nos enteramos. Es lo bueno de una comunidad así que se encargan ellos de todo y tu no tienes porque estar pendiente de las tareas de mantenimiento de esta clase. De hecho es que se nos olvidó por completo….

¡Hasta que saltó la alarma de incendios! No nos habíamos dado cuenta que lo han cambiado de sitio, antes estaba en el salón y ahora lo han puesto es la cocina (que es donde debería haber estado siempre) pero claro, debe ser el sensor más sensible del mundo, porque sólo con cocinar ya salta y ya te puedes imaginar lo desagradable que resulta el ruidito de marras. Menos mal que se puede parar en el momento para que no llegue a saltar en todo el edificio, porque me muero de vergüenza si la liamos así de gorda. Eso si, el cambio nos va a obligar a cambiar la campana estractora de la cocina a otra más potente, porque siempre que cocinamos salta la alarma….

Hemos dicho que mientras estemos en casa vamos a cenar cocinando nosotros, porque tampoco podemos estirar tanto el presupuesto para cenar todos los días fuera. Aparte que tampoco es demasiado sano comer siempre fuera. Para Patricia y para mi hemos comprado hamburguesas de pavo, muy sanas, aunque las hemos estropeado poniendoles queso provolone por encima… riquísimas….

Un gesto muy casero y hogareño el estar cenando así en casa, es algo que me gusta.

Y para todos ellos han comprado pizza, que ya sabes que yo no soy muy pizzero. Como ha dicho Alejandro, que aquí venden pizzas que son más grandes que las yantas de su coche.

Es chulo eso de estar así tan caseros, me parece muy bonito.