Cena en el Kalahari

El verano del 2009 va a ser el verano más despedido y festejado de toda la historia. La verdad es que ha sido un gran verano, que nos ha unido a todos los vecinos del grupo en una piña muy fuerte y es durante el verano cuando más tiempo podemos pasar juntos, así que teníamos que despedirlo…. otra vez más.

Y esta vez ha tocado hacer una despedida algo más formal, como de todos modos el domingo el verano se fue para no volver, ya no podíamos hacer nada medianamente veraniego, así que organizamos una cena para el grupo. El sitio lo elegimos nosotros, como recuerdas hace poco nos llevó Noelia a un sitio que nos encantó: El Kalahari. El restaurante de Heineken y es una chulada, así que propusimos ese sitio, que como todos en la urba leen el Blog, lo conocían y allí que nos fuimos todos.

Al final nos juntamos 15, que no es poco, aunque echamos de menos a gente, a estas cosas ya se sabe que siempre hay imprevistos y faltaron algunas personas. Entre ellas Juana, que ese día era su cumpleaños y lo estaba celebrando en familia, antes de salir para la cena nos pasamos por su casa para cantarle «Cumpleaños Feliz» en plan «Niños de Viena«.

El Kalahari es un sitio muy cómodo, con salones muy amplios y unas mesas muy cómodas, pero claro al ser tan grandes y nosotros tantos en el grupo, con los del otro lado de la mesa como que no hablamos en toda la noche, así que nos íbamos de excursión. En estos casos lo que pasa es que se monta un grupo con los que tienes al lado.

Nosotros nos reimos muchísimo contando las manías que tenemos cada uno para dormir cada noche, que yo creía que era el que más tenía y Mery las tiene como yo.

Aquí el «fondo norte», los que estaban al otro lado de la mesa. En realidad todo era una excusa para pasar más tiempo juntos, sólo hace una semana que ha terminado el verano y con las rutinas que teníamos todos, que pasábamos tanto tiempo juntos, ahora nos echamos de menos.

Y vamos a lo mejor… ¡La comida! Elegimos ese sitio por que es muy cómodo para una reunión así, pero la verdad es que es un sitio con una comida muy buena. Para empezar una croquetas, pero nada de congeladas, hechas allí, muy buenas.

Estos rulos me encantaron, estaban hechos con un rulo de queso, recubierto de esa especie de hojaldre y luego frito… mmmmmm

Y esto fue un capricho mio al pedir, que estaba riquísima, la ensala capresse con tomate y mozarella fresca. Ya sabes que a mi me gusta mucho esta mezcla y en este caso ambos ingredientes eran muy buenos y eso se nota.

Pero vamos… que nos ponen unos perritos calientes de feria de un euro y con la compañía nos lo habríamos pasado igual de bien 😀 Que nosotros lo disfrutamos todo.

Con respecto a los platos hubo casi unanimidad, como les recomendamos las hamburguesas casi todos las pedimos, 10 de los 15. Son una hamburguesas riquísimas, sobre todo muy gruesas, con mucha carne, como a mi me gustan.

Y los esquiroles optaron por otros platos, más ligeros, de pescado sobre todo. Aunque yo soy de hamburguesa es verdad que toda la comida estaba riquísima. Cuando uno recomienda un sitio se la está jugando, aunque todos seamos amigos tú quieres que todo salga bien y me gustó que a la salida nos dijeran que les había encantado.

Fue una cena muy divertida. Sé que soy un cansino, pero tenemos mucha suerte de tener un grupo tan heterogéneo de vecinos y amigos en la comunidad, no es algo normal que surja un grupo tan sano y divertido.

Lo único malo de la noche fue la resaca con la que amanecí a la mañana siguiente. Cuando llegamos dijeron de pedir unas cervazas, estábamos en un restaurante de Heineken… como ir a Roma y no ver al Papa, así que me pedí una cerveza y tú ya sabes que yo no bebo alcohol. Y luego tras los postres un chupito de crema de orujo… por ñoño que suene, como no estoy acostumbrado a beber nada de alcohol y menos dos cosas en una sola noche… al día siguiente como si hubiera cogido una cogorza… me levanté pidiendo aspirinas para desayunar. ¡Para que luego digan que el alcohol no hace nada!