El Mercadillo

Cada ciudad tiene su mercadillo donde los ciudadanos pueden abastecerse de lo que no venden en las tiendas normales, salvo que cuando se vive en una de las ciudades más pijas del mundo, uno no se va a encontrar un mercadillo de bolsos de imitación y montones de ropa a 10€, todo se adapta y el mercadillo de Miami Beach es de yates y está al lado de casa.

Llevaban unos días preparándolo, colocando en la bahía unas pasarelas y venga a llegar yates, la feria empieza el 14, imagino que por aquello de hacer un regalo para el Día de los Enamorados, pero como no vamos a estar nos hemos dado un paseo esta tarde, de despedida de la ciudad y para mantenerte informado al día de lo que se cuece por aquí, hasta el último minuto.

Esta ciudad es una preciosidad, lo mires por donde lo mires.

A mi la verdad es que fuera de lo espectacular, no creas que me llaman la atención los yates, creo que como a todo el mundo, me gusta lo bueno, bonito y cómodo, pero un yate de estos tiene que dar un trabajo que no sé hasta que punto debe merecer la pena habiendo unas compañías estupendas de cruceros como hay, sobre todo desde Miami, que es el principal puerto de cruceros del mundo.

La feria es bastante grande, hemos recorrido la mitad y había yates que quitaban el hipo, cuatro plantas de altura y grandes como para irte a recorrer el mundo tranquilamente. Para vivir en ellos, eso si, para comprar uno de los barquitos tienes que «sudar» dinero, porque los más pequeños no bajan del millón de dólares, los medianos unos 5 millones de dólares y del precio de los más grandes me da la risa… esto de los barcos si que es un lujo para los muy ricos, jamás pensé que fueran tan caros. Sobre todo pensaba que en un sitio con mar y con tantos yates, por ley de oferta y demanda serían más baratos (inocente yo…) porque trae más a cuenta comprarte un buen coche y ponerle flotadores a los lados en vez de comprar un barco. Así que mira, me alegro que no me gusten, así no tendré la frustración de no comprarme uno y usaré la marina que tiene el edificio para aparcar los barcos de los vecinos para la inflable a remos que me compraré el día que quiera ir «de capitán».

Lo bueno es que hay que conocerlo todo, como yo soy «de secano» ni me imaginaba hasta donde habíamos llegado en tecnología naval, hay barcos que son mejores que el mejor de los Ferraris y no sabía que empresas como Volvo o Cat (de maquinaria de construcción) tienen sus divisiones de yates, se ve que es un negocio de lo más lucreativo. Para mi gusto los más espectaculares eran los negros y grises (al final el 99% son blancos y entre tantos, uno de color destaca), que casi parecían barcos militares, al mejor estilo James Bond.