Hoy te cuento uno de esos «Hechos biográficos curiosos poco conocidos» de mi vida, nuestra vida en este caso, por que se trata de una expriencia compartida entre Javi y yo. Cuando nos vinimos a vivir a Madrid teníamos lo justo, yo trabajaba en Ya.com y Javi estaba terminando el proyecto fin de carrera, así que nos buscábamos la vida y durante unos meses tuvimos un trabajo la mar de original: Fuimos espias.

Como sabrás estos restaurantes son franquicias por toda España, aunque es en Madrid donde han triunfado y son como setas (hay 300). Hay un tema básico en las franquicias y es la uniformidad, que vayas al restaurante VIPs que vayas, que la comida sea exactamente la misma, que no haya un cocinero creativo que cambie un plato y lo mismo con el servicio, que tu sepas que nivel de servicio se ofrece en estos restaurantes, que deben ser todos iguales. Y cumplir en general unos estandares globales impuestos por la casa matriz para no estropear su imagen de marca. Esto lo hacen todas las cadenas de franquicias.
Así que ahí es donde entramos nosotros en juego, éramos los espias de la casa matriz del grupo VIPs, espiabamos los restaurantes para ver si realmente cumplían con todo lo que tenían que cumplir. Primero nos estudiamos todas las normas que deben cumplir todos los trabajadores, no te imaginas hasta que punto está todo regulado, las normas son muy estrictas y no te hablo de no meter el dedo en un vaso al servirlo, sino de cosas que no te das ni cuenta, como que es obligatorio que al salir de un restaurante todos los trabajadores con los que te cruces te saluden, te sonrían y te den las gracias, que dos trabajadores nunca pueden tener ni la mínima discusión en público, que le pidas lo que le pidas a cualquiera tiene que hacerlo, no puede decirte lo típico de otros sitios de «digaselo a su camarero» y muchas normas que no te das cuenta cuando vas de cliente, pero que nosotros si teníamos que vigilar.

El nombre técnico de esto es «shopper», nosotros éramos «Shoppers del VIPs«. Cuando tú llegas a un sitio tienes irte quedando con todo, la hora a la que llegas, como se llama el jefe de sala que te ha sentado, desde que te sientas hasta que te vienen a tomar nota cuanto tiempo pasa, como se llama el camarero, como se llama el ayundante de camarero y los tiempos entre cosa y cosa, plato y plato. Cuando te sientas en la mesa tienen que tener los manteles puestos con los cubiertos, que estén limpios, lo mismo que las copas, que no haya migas de pan en los asientos. Tienes que mirar los uniformes de los camareros que estén limpios y que se traten con cordialidad entre ellos. Hasta el tipo de saludo está regulado, tienen prohibido por ejemplo el «¡Hola que tal!» por ser demasiado directo, tienen que ser unos saludos más respetuosos.
Como tienes que memorizar un montón de datos, horas, nombres, etc, con disimulo nosotros nos apuntábamos las cosas en el móvil sin que notase. Como vas mucho te sabes los sabores de memoria y notas los sitios que hacen los platos de otra manera. Después de la comida tienes que rellenar un formlario muy extenso sobre la visita, con todos los detalles, adjuntando la cuenta, como prueba de que has comido (luego te devuelven el dinero). La función es que VIPs sepa que restaurantes cumplen con los estandares de calidad impuestos por la marca. Los trabajadores saben que son espiados, no por quien claro, y los exámenes de los shoppers sirven para que les den subidas de sueldo y de categorias a los que los shoppers ponemos bien y lo contrario a los que mal (aunque no despidos, VIPs no despide gente nunca), luego informes globales a los dueños del local. A nivel de franquicia sirve para que la central le llame la atención al restaurante por los fallos y como máximo lo que puede ocurrir es que les quiten la franquicia obligando a cerrar si hay faltas reiteradas.
La realidad es que cuano vas de shopper te sientes muy poderoso, por que sabes que dependen de lo que tú digas, como un crítico de cocina, pero desde dentro. Cuando vas de cliente normal y te agarras un cabreo por un mal servicio o mala comida, como shopper es todo lo contrario, por que si la hacen la pagan. El día que tardan demasiado en traerte la comida se llevan un negativo y sino es más gorda. El record de la mayor metedura de pata de un camarero fue a Elena, que tambien trabajaba de esto: Le trajeron una jarra de agua con un chicle dentro. A mi fue que un día me trajeron un plato de arroz oriental con pollo con el pollo crudo, pero crudo crudo, casi me muero del asco. Esos días te encanta ser un shopper y poder escribir el informe.
Lo bueno es que comías gratis, lo bueno es que aprendes mucho de atención al cliente y como funciona la hostelería (aunque yo he trabajado de camarero), lo bueno es que es una experiencia muy interesante, lo malo es que es de lo más cansino comer siempre en los mismos sitios, por que al final terminas comiendo siempre lo mismo y lo malo es que los informes eran interminables. Fue una gran experiencia, la verdad es que nos lo pasamos muy bien y aprendimos cantidad de cosas. Éramos duros en los informes pero comprensivos con las situaciones. Es uno de los trabajos más originales que he tenido en mi vida (pero no el que más) 😀
Holaç! Igna fue espia en una agencia de viajes. Pero él no viajaba. Además iba disfrazado…la verdad es que nos reimos mucho con esa historia. Ahora está disfrazado…más o menos…pero en la parafarmacia…porque lleva bata como yo en el cole…je,je
Por cierto no has hecho ningun comentario y ESTAMOS EN FERIAAAAA!!!! OLÉ, OLÉ YA HUELE A FERIA!!!
¿Igna disfrazado para una agencia de viajes? Eso no lo tenéis que contar!!!
Nosotros este año no tenemos feria, nos cojemos mañana las vacaciones, pero nos vamos «parriba» a San Sebastian. Este año no hay feria para nosotros ¡Pasaroslo muy bien!
Un besazo
DVD
y tu ¿qué opinas?