India sorprende porque visitas cosas que no tienen nombre, o por lo menos yo no los había oído jamás, pero sitios que podrían parecer de relleno en el recorrido resultan ser maravillas. Si todo esto es lo que hemos visto en tres ciudades no me quiero ni imaginar las maravillas que habrá en el resto del inmenso país.
Hoy te hablo de la «ciudad fantasma» de Fatehpur Sikri. Una ciudad construida en el Siglo XVI para ser la capital del imperio mogol. Es un gran complejo lejos de otros núcleos urbanos de la época. Incluso hoy en día está relativamente aislada. Era una ciudad palaciega, llena de palacios y edificios de la corte. Artisticamente tiene una interesante mezcla de arte musulmán, hindú y mogol.
La ciudad fue abandonada repentinamente, lo que ha hecho que se conservase en muy buen estado porque se dejó abandonada, sin que fuese ocupada por nadie ni se volviese a usar. El motivo es que se quedó sin agua potable, empezaron a tener problemas de abastecimiento y tuvieron que cambiar la capital de imperio a otra ciudad. Solo estuvo ocupada 14 años, justo el tiempo que tardó en construirse.
Yo no soy un experto en este tipo de arte, así que no te puedo hacer un análisis. A mi me ha gustado mucho por su buen estado de conservación, que además al estar tan aislado ha sido una visita muy tranquila. Cualquier país del mundo daría lo que fuera por tener un monumento de este calibre en su territorio, pero en India pasa casi desapercibido. A los indios sólo les preocupa que pagues lo máximo posible por todo, como los monumentos que tienen precios diferentes si es para indios o para extranjeros o tener que pagar en todos sitios por entrar con la cámara de vídeo.
Y ne medio de la visita de repente encontramos este murcielago, mira que chiquitín, que bonito 😀
Este es el acceso a la parte religiosa y aquí si que hay más público porque es un templo activo donde la gente va a obtener bendiciones. Estuvimos viéndolo en directo, la gente lleva un pañuelo y pétalos de flores, el pañuelo se extiende sobre el centro de la sala sagrada y se echan los pétalos por encima, cuando lo vimos nosotros había un montón de pañuelos.
Y esta es la puerta a la zona religiosa ¿Y te imaginas lo que son las cosas negras que se ven? Son avisperos, gigantes, grandes como un frigorífico. De unas avispas de color amarillo que son mucho más grandes que las de aquí. De hecho tuvimos que irnos a todo correr porque caían las moribundas desde arriba y el suelo estaba lleno además, por supuesto, de cientos de ellas revoloteando a nuestro alrededor.
Como los hindúes respetan tanto la vida, respetan todas las formas de vida, hasta las plagas, así que no existe el control de plagas en India. Los animales se les deja hacer. Pero en este caso a mi me parece demasiado peligroso para regirse sólo por criterios religiosos. Las avispas eran peligrosas y sobre todo eran muchísimas. Ya te puedes hacer una idea por el tamaño de los avisperos.
Como mucha gente pasa por aquí, es el sitio donde se ponen los vendedores de comida y artículos religiosos, eso si, ya te puedes imaginar como estaba la comida de avispas.
Aquí Javi perseguido por los vendedores… aquí eran especialmente pesados, porque además les dejaban entrar dentro del monumento, por lo que no te los podías quitar de encima.
Aquí Sonia otea en la distancia buscando la vía de escape de todos los vendedores que nos tenían rodeados.
Y bueno, se nos fue un poco la olla y nos hicimos fotos en plan Abba en una escalera del palacio.
Y mi foto favorita del día, un hombre reza dentro de la mezquita: