Gdansk, Polonia

Para contarte donde hemos estado hoy voy a utilizar tu propia memoria para ubicarte en el mapa (y en la historia), viaja en tu memoria hasta el final de los 80 y principio de los 90, el comunismo controla media Europa, pero Gorvachov está omnipresente en las noticias por sus ideas más abiertas, las palabras «Perestroika» y «Glasnov» (o algo así) están presentes en todos sitios, aperturismo y transparencia. En unos astilleros de Polonia, un grupo de trabajadores se ha revelado contra la dictadura comunista y han creado un sindicato: Solidaridad y en su cabeza está Lech Walessa, las banderas blancas con las letras «Solidaridad» en rojo están durante meses en las noticias, es el principio del fin del comunismo obsoleto, Polonia se libera del yugo y todo empezó en unos astilleros con unos trabajadores en Gdansk, la ciudad que visitamos. ¿Te suena ya?

Hemos optado hoy por hacer una visita que es conocer la ciudad y la catedral de Oliwa una de las más importantes del cristianismo polaco, Polonia es un país muy cristiano, mi sensación es que más que España. La elección de la visita es que incluye un concierto con el órgano de la catedral que siempre es un recuerdo «sensorial» interesante para llevarte de una visita, sobre todo en estos viajes que vas a sitio por día que tienen a mezclarse en tu memoria.

La catedral por fuera es de ladrillo visto que para nuestros cánones de grandes catedrales de piedra es algo pobre, pero aquí la arquitectura de ladrillo es muy habitual y se ven edificios antiguos preciosos hechos de ladrillos rojos. Por dentro la catedral es totalmente blanca, que tambien se me hacia algo raro.

Lo que no me ha gustado… nada! Es el intento descarado de adoctrimamiento, cuando iba a empezar el concierto han cerrado las puertas para que no saliese nadie y han empezado a poner una grabación en sueco, aleman, francés, inglés, polaco y español de alabanzas a Cristo, que si teníamos que rezar por no sé qué, que si la gloria por aquí, la virgen por allá, que si diésemos dinero para esto… no era una visita religiosa y para mi gusto ha estado totalmente fuera de lugar, me ha sonado a intento de «promoción» forzado (por que no se podía salir). Pero como estaba dentro de una iglesia, me portado como un niño bueno, torciendo levemente el morro y aguantando el chaparrón (¡Eso por entrar a una iglesia!). Pero no me imagino algo así en España, pero como estoy en otro país, me aguanto con sus costumbres, aunque me haya parecido una falta de respeto a mi «libertad religiosa». Nosotros 4 nos hemos quedado donde estábamos, pero varios grupos de Españoles y alemanes han empezado a aporrear las puertas para que les dejaran salir.

El concierto, que es a lo que íbamos, ha sido una preciosidad, es un órgano muy antiguo, pero que tiene figuras que se mueve, tiene ángelitos que tocan la trompera y campanas, así que la vistosidad, además de la música, hacen que sea algo muy chulo. Nos ha gustado mucho.

Luego nos hemos ido a la ciudad de Gdansk, que están fiestas ahora y ha sido una chulada, por que el centro histórico está en torno al rio y son casas preciosas. Todo ha sido restaurado, los nazis arrasaron con la población de la ciudad, luego los rusos durante la guerra destruyeron el 70% de la ciudad. Desde su liberación del comunismo han avanzado mucho y es una ciudad muy bonita.

Hemos visitado otra iglesia, de Santa Maria (esta vez sin mítines) y se reproducía el mismo esquema de iglesia muy alta, neogótica, de ladrillo rojo e interior blanco, pero lo famoso que tiene es este precioso reloj mecánico, que hay muy pocos en Europa, sobre todo por que tiene como tema de una de las ruedas del reloj los signos del zodiaco (la iglesia está en contra del horóscopo). Es de los relojes que se mueve cuando da las horas y son muy vistosos.


Después de esto decidimos desertar del grupo ya y nos fuimos a visitar la ciudad por nuestra cuenta. Lo primero, como no, gastronomía, están de fiestas en GDansk y había muchos sitios de comidas típicas que me llamaban… sobre todo las salchichas que eran enormes y olían de maravilla.

¡Y mejor sabían! De verdad, que cosa más rica, por que no podemos subir alimentos al barco, sino entro a un supermercado y vuelvo a España con la compra hecha.

Luego probamos una especie de buñuelos, que resultaron ser queso ahumado hecho a la parrilla… te puedes imaginar lo riquísimo que estaba. Es una pena que estas visitas de un día no te da tiempo a probar en condiciones su gastronomía.

Como estaban en fiestas todo estaba lleno de puestos por las calles que te vendían todo lo imaginable, la mayoría eran de artesanía, arte, joyas de ambar, comida, juguetes, souvenirs y unos muy graciosos de artículos de la Teletienda. Los polacos son gente muy amable, aunque no encuentras ni uno, ni entre los jóvenes que hable inglés, pero con gestos todo se entiende perfectamente.

Ha habido una cosa que me ha sorprendido para mal, es la primera vez que vengo a Polonia, pero en mi cabeza esperaba otro país, con su entrada a la Unión Europea esperaba un país más rico y más moderno, pero es un país relativamente pobre y más atrasado con respecto a sus vecinos checos, húngaros o eslovacos. Se ven unas infraestructuras muy antiguas, mucho edificio que necesita rehabilitación y como decía mi madre «todo Polonia necesita dos manos de pintura», sólo la parte del centro histórico está restaurada y cuidada el resto es como ver a España hace más de 20 años.

Los sueldos en Polonia son como un tercio de lo que son en España, aunque la gasolina es más cara que allí, por lo que imagino que el conducir el coche aquí debe ser un lujo, aunque si que hay mucho tráfico. Para mi ya sabes que la educación es la vara de medir más importante y los polacos son poco respetuosos al volante, para mi una prueba más del atraso del país, en el coche no se respetan ni los pasos de cebra, ni los ceda el paso y ni te digo los Stop.

Sobre la educación, nos sorprendió que no se hablase inglés entre la gente joven, nos dijeron que se estudia un sólo idioma en las escuelas a elegir, así que casi todos los de Gdansk eligen hablar sueco, por que es a nivel de trabajo mucho más importante para poder trabajar en los barcos que van a Suecia. Gdansk es una ciudad que vive de lo naval.

Los polacos no tienen Euro, ellos tienen el Zloty que equivale a unos 25 céntimos, pero en casi todos sitios te aceptan tarjeta de crédito y en la mayoría si te cojen Euros, incluso en los kioskos de la calle, no hemos tenido problemas para poder pagar las compras. Que con tantos kioskos por la calle mi madre se lo ha pasado pipa. Yo me he comprado sólo una cosa, una taza de desayuno grande con las letras POLSKA (Polonia) en relieve y con los colores de la bandera (blanco y rojo).


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Y de vuelta al barco, que estos recorridos son así, una visita intensa a la ciudad y luego vuelves al barco a intentar recuperarte para el día siguiente. Lo que hemos hecho bien es que tenemos balcón y estamos arriba del todo por lo que tenemos siempre unas vistas preciosas, sobre todo en las salidas y llegadas a puerto.

Y sino que se lo digan a mi padre que debe llevar en este segundo día del viaje cientos de fotos.

Esto es el espigón de salida de Gdansk que tiene un pequeño faro y cientos de cormoranes y toda clase de aves marinas. El puerto es uno de los más activos del báltico, así que siempre hay barcos entrando y saliendo con comida para ellos.

Y termino nuestra visita diciéndote que nos lo hemos pasado muy bien, que me ha gustado mucho Polonia, que ha sido una sorpresa tras otra y casi todas agradables, que es un país pobre que tiene mucho que crecer y espero que lo hagan pronto por que tiene mucho potencial. Espero volver dentro de unos años para ver estos cambios.

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  1. marymarisol
  2. Anónimo
  3. Anónimo

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