Hoy hemos amanecido en Edfú, esto de los cruceros es una maravilla, nos han despertado a las 6 y media, aunque nos acostamos a las 9 ayer, así que he dormido demasiado. El desayuno del barco no desmerece a la caja de picnic de ayer, toda clase de dulces, platos calientes, muchísima fruta y ensaladas… y ya tenemos la primera víctima del «Mal del Nilo» como llaman aquí eufemísticamente a las cagaleras. En nuestra mesa somos 8, nosotros 4 y dos parejas jovencitas, pues uno de ellos cayó anoche y dice que ha pasado mala noche, de hecho no ha desayunado y esta mañana tenía un mal color el pobre. Es muy normal aquí, imagino que caeremos al final todos o casi todos, pero nosotros ya estamos preparados, Lola ha comprado el medicamento egipcio que es especial para las bacterias de aquí, los de España no valen.
Egipto cada vez me parece más bonito, mientras escribo estamos en el camarote con todas las puertas abiertas viendo el paisaje que es increíble la cantidad de animales y pájaros que veo mientras escribo es de documental de la 2, pero por otro lado mi impresión sobre la gente que vive en él me parece cada vez peor. No saben cuidar al turista, sólo explotarlo, eres un dolar con patas, nadie es amable, sólo interesado. Esta mañana un policía nos ha pedido dinero sólo por decirnos donde hacer una foto. Se ponen delante de las mejores vistas de los monumentos para que al hacer tú la foto ellos salgan y así pedirte dinero. Al salir del barco hay carrozas, si coges una y pactas un precio, cuando te lleva al otro lado de la ciudad te dice que o le das más dinero o te deja allí. Están todo el rato pidiéndote que les cambies monedas de Euros por billetes y cuando quieres ser bueno y lo haces te meten monedas falsas entre las que te dan. En general se aprovechan de tu buena fe y si te paras a darles explicaciones (¡Que no necesito 18 chilabas, aunque me la vendas a dos euros!) estás perdido.
La sensación de toda la ciudad es que es zona de guerra, todos los edificios están medio derruidos, sin techos y muchos se han caído ningún edificio mantiene su color, son todos marrones y te hablo del centro de la ciudad, de la zona turística, no puedo imaginarme como será un arrabal. Todo el tiempo han estado acosándonos, pero imagino que ya nos vamos inmunizando y ya los ignoras a la fuerza. Pero aquí lo más «duro» es que decenas de niños te siguen, te acompañan pidiéndote dinero, niños y niñas muy pequeños, comiditos de mierda diciéndote que tienen hambre (un niño de unos 5 años me ha dicho «tengo hambre» en cuatro idiomas, español, inglés, francés e italiano). Pero por otro lado ves unas mezquitas enormes, nuevecitas y limpitas, es indignante que usen a los niños para sacarte dinero y que aquí la única prosperidad esté en la religión.
Esto es un poco «me estás estresando caribeño», nosotros no tenemos programa diario de lo que vamos a hacer, mañana no lo sabemos, todo se hace en el día y los horarios cambian a cada momento, tenemos que estar siempre preguntando, esta mañana de aquí salíamos a las 5, luego a las 8, luego a las 11 y luego de madrugada ¿La esclusa no tiene horario? Da lo mismo, aquí todo es cuando lleguemos lo organizaremos. La desorganización en todo es totalmente visible, no te hablo aún del tráfico porque nos han dicho que es digno de verse en El Cairo, si no fuese por la policía tan visible creerías que esto es la Ley de la Jungla. Y lo que todos comentamos cuando te encuentras a alguien por algún sitio es la desconfianza, con el rollo del regateo no sabes si lo que pagas es lo que vale, aquí terminas por desconfiar de todos, el guía el primer día nos soltó un gran discurso sobre la confianza, pero al final hoy ha hecho una reunión para criticar los sitios de compras de El Cairo (nos han hablado de Jordi en el mercado y le dijimos que queríamos ir) y otros sitios para al final decirnos que él nos vende de todo, que le encarguemos las cosas que queramos y que él nos lleva a las «mejores tiendas», lo de siempre, por la comisión. Muy poca profesionalidad, lo que te contaba, aquí eres un dolar con piernas y como tal te van a tratar.
Pero bueno, soy un turista y te tengo que contar lo que merece la pena ser visto, me quejo de los egipcios, pero de verdad que tienen un país maravilloso. Esta mañana la visita fue al Templo de Horus en Edfú, uno de los mejor conservados de todo Egipto, tiene miles de año, pero el edificio está completo, con sus relieves con colores. Lo curioso de ese templo es que está dedicado al Dios del Mal, a la versión del demonio de esta gente. La leyenda dice que fue más listo que los buenos y por eso decidieron construirle un templo para apaciguarlo, a lo grande, para tenerlo muy contento y que les dejas en paz. Pero el templo es una maravilla y con dos mil de años de antiguedad. ¡Qué maravilla de patrimonio!
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Hola cariño.
Que bonitas las fotos.
Estoy deseando ver las de la fiesta arabe.
Hoy hemos estado papa y yo paseando a Thor por el campo aqui en frente y nos hemos reido un monton por que no se le veia con la hierba y parecia un conejo pegando saltos y carreras.
Muchos besos.
Hola Mama! Ya tenemos acceso a Internet. Así qeu podre publicar mas fotos y a menudo 😀
Me ha gustado lo de thorete, aqui me da mucha pena ver a los perritos, me acuerdo mucho de él.
Un besazo
y tu ¿qué opinas?