Nuestra última noche en Tokio ha tenido un alojamiento muy especial. Teníamos un horario raro en el avión, por que salía a las 5 de la mañana, así que a las 3 había que estar en el aeropuerto. Miramos en los hoteles de alrededor y hay pocos y estaban todos llenos. Menos más que Miguel dio con este. Se trata de un Hotel de cabinas. Abrazamos la idea y la verdad es que ha sido muy original y sobre todo nos ha venido perfecto para dormir, que es lo que queríamos. El hotel está dentro del mismo aeropuerto de Haneda, pero en la terminal nacional, no en la internacional. Se llama First Caben Hotel y la verdad es que tiene muy poco que ver con los hoteles que nosotros conocemos.
Es una solución muy buena para los aeropuertos, por que en realidad sólo vas a pasar un rato y pagar por una habitación completa es demasiado. Los hoteles de cabina como este tienen sus servicios comunes, como esta sala de estar, para trabajar o descansar. Con un área con máquinas de vending para comer o beber algo. Y sino estás en una termina con muchos restaurantes y bares.
Aquí nos tienes haciendo el check-in. El personal encantador, como en todo Japón, pero con el nivel de inglés de mi madre. En realidad este servicio es usado por japoneses sobre todo, es más raro que un occidental venga.
Y estas son las cabinas. Más grandes de lo que esperaba. Las mujeres por un lado y los hombres por otro, en áreas totalmente separadas y no comunicadas. Y las cabinas son individuales, no se nos permitió a Javi y y mi dormir en la misma.
La cabina es una cama individual y poco más. Con una zona para dejar las cosas que es todo el lateral de la cama. Tiene ahí una caja fuerte escondida con clave para meter las cosas de valor. Tiene su televisión grande de plasma en la parte de arriba. Te dan los auriculares al hacer el check-in por que no tiene volumen.
La parte mala es que no tienes intimidad. No hay puertas, sino una cortina de tela que se baja. No se ve, pero se escucha todo perfectamente. Lo otro malo es que no tienes donde dejar la maleta, lo que hice yo fue ponérmela a los pies, pero encima de la cama. No es un hotel como los normales que dejes tus cosas y te vayas a pasar el día, esto es para pasar unas horas.
El precio es barato, por que los servicios son muy básicos. Cuesta 4.000 yenes, unos 28€. Que para un hotel en Japón, está bien de precio. El hotel normal de la terminal cuesta 200€.
Hay otra versión de la cabina más espaciosa, en plan Primera Clase. Que si tiene para dejar las maletas y es más espaciosa. Este sale por unos 43€.
No pasamos mucho tiempo en realidad, apenas unas horas, pero como experiencia me gustó, nunca creí que fuese a dormir en un sitio así. La cama es muy cómoda, muy bien acondicionado. Dormí poco, pero muy bien. Y me llevo de recuerdo el pijama, que en los hoteles japoneses siempre te ponen el pijama y el de este hotel estaba genial. Sé que está mal y eso no se hace, niños, pero nos encantó y nos lo llevamos todos.
Este es el plano del hotel de hombres. Las letras son las áreas de cabinas. Y luego las zonas comunes. No es muy grande, pero estaba lleno al completo.
Tiene un SPA con jacuzzi y duchas. Japonesas, que se duchan sentados, en unos banquitos u occidentales, que son las de la foto.
Y una zona de aseo muy grande. Con productos de Sisheido.
Una muy grata experiencia, sobre todo por ser algo nuevo, esto de los hoteles de cabinas de Japón. Un concepto muy diferente y original. Muy prácticos y creo que es algo que se podría hacer aquí también para estancias cortas, de horas en sitios como aeropuertos. Nos ha encantado la vivencia y es algo más que nos llevamos del viaje.
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Ana Urba:
Bueeeeno, una curiosidad más. Da un poco de agobio pero es una solución buena y barata.
Besos.
y tu ¿qué opinas?