Anoche tuvimos nuestra propia «Cena de Gala», Carlos reservó en el restaurante de lujo del barco, nosotros para tal evento nos pusimos las camisas de la boda, que nos las trajimos, pero seguían hechas un churrito, las llevamos a la tintorería del barco y los más guapos. El restaurante es una pasada, un sitio de lo más ceremonioso, la vajilla de Bulgari, cubertería de plata, veinte camareros por mesa.. todo en ese plan, que te da corte hasta toser. La comida te puedes hacer una idea, excelente, nos trajeron todos los cortes de carne para que eligieramos viendo y estaba perfecta… y Carlos pidió el vino… imaginatelo ¡He tenido que venir a Kiribati a probar el Vega Sicilia! 350$ la botella. Que vino más bueno, de verdad, pero que barbaridad de precio.
Carlos y Gabriela nos han propuesto un nuevo viaje a México, nos han invitado a la boda de su hijo, que se casa en Febrero en México aún no sabemos si iremos o no, tenemos que pensárnoslo y ver como lo organizaríamos, estuvimos hablando de bodas y contamos la nuestra, alucinaron, les encantó a los mexicanos todo lo que contamos, dijeron que nunca habían oído hablar de una boda así en España, con 3 días y tanta comilona. Yo no lo vi, me lo ha dicho Javi, pero la Marquesa estaba blanca, toda seria mirando al marido escandalizada, jur jur jur
Los mexicanos son muy viajeros, como no, tienen casa en Vail, cerca de Aspen, el sitio más pijo del mundo para esquiar, donde estuvimos (mirando) el año pasado y también nos han dicho que nos dejan su chalet de allí cuando queramos. Yo alucino con ellos, nos han cogido un montón de aprecio y están todo el día ofreciéndonos de todo, pero son de lo más sencillo y divertido, da gusto encontrar gente así por el mundo. La marquesa es todo desprecios sin tener motivos y estos que tienen todo el dinero de mundo son las personas más sencillas.
Imagino que como se suele decir, hay feeling, con nosotros. El otro día estábamos en el casino jugando a los dados y me faltó una ficha y Carlos me la puso, cuando gané esa misma partida le di dos, se quedó mirando las fichas, sorprendido del gesto de darle dos y no haberme quedado con el beneficio, se le cambió la cara.
Se ve que anoche se quedaron hablando de lo de nuestra boda, cuando hemos quedado hoy para desayunar nos han bombardeado a preguntas, de cuanto tiempo llevábamos juntos, han alucinado cuando le hemos dicho que 9 años y no sabían que los matrimonios en España entre chicos eran iguales a los de chico-chica. Dicen que ellos en México tienen mucho roce con chicos gays por sus hijos, que tienen nuestras edades y tienen amigos gays, que viajan con ellos y tal, pero que en México no hay ni matrimonio ni nada parecido entre chicos, ellos ahí van más a remolque de los USA. Pero que socialmente ya no hay problemas por ser gay allí, es casi como en España.
El título de la entrada es precisamente por que Carlos llama a nuestra boda así, la boda de los Figaros.
