La Ciudad Fantasma: Calico

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En 1881 unos buscadores de metales preciosos encontraron plata en una montaña llamada Calico, era la gran «Fiebre del Oro» de California, es el nacimiento de la ciudad de Calico, que crece al amparo de la minería, cuando la plata alcanza su precio récord. La ciudad llegó a tener 1200 habitantes en 1887, que dependían de la minería, hasta que el precio de la playa cae más de la mitad y la ciudad se arruina. Pese a que en la zona había 500 minas de plata, su explotación no era rentable y la ciudad fue muriendo, hasta 1907 en que el último habitante de Calico se va de la ciudad, desde ese momento pasa a ser una ciudad fantasma

Un fenómeno bastante habitual en California en torno a ciudades y minas que aparecieron y desaparecieron en torno a la fiebre del oro. En 1951 Walter Knott compra lo que queda de la ciudad para recuperarla y finalmente la dona a la región y pasa a ser un monumento abierto al público. La ciudad ha sido recuperada y convertida en visitable. No está muy alejada y se puede hacer la visita en el recorrido de Las Vegas a Los Angeles. Coordenadas: 34.94889º – 116.86417º



Hemos querido conocer algo auténtico y antiguo. Como historiador, en Estados Unidos no suelo encontrar muchos sitios que sean historia, así que me alegro de haber visto algo con verdadero pasado. En España tenemos miles de pueblos del mundo rural que con los siglos han desaparecido, pero han tenido un largo recorrido y es posible encontrar pueblecitos que agonizan, pero que han sido asentamientos desde los fenicios. En USA algo con mucha historia fue hecho cuando mi abuelo era pequeño. Pero bueno, aunque su pasado no se pueda medir en siglos, tenemos sitios como este, que tienen una historia por detrás y son curiosidades para conocer. 

Justifica una parada en el camino poder ver un sitio diferente, en medio del desierto, un trocito del mundo del lejano oeste, traido hasta nuestros días y que se ha quedado congelado en el tiempo. Aunque haya sido un poco «parque temático» si que hace que sea más fácil comprender e imaginar como era la vida hace sólo 100 años en el oeste minero, durante la mismísima fundación de los Estados Unidos. 


Como te he comentado Calico llegó a tener 1200 habitantes, lo que era un gran tamaño, por lo que tuvo toda clase de servicios. Fue además una mina muy próspera, lo que atrajo a más gente. Aunque todo esto se paró de repente un día con la bajada del precio de la playa, se ha quedado la ciudad congelada para poder visitarla. 

Este era el corazón de Calico, la mina de playa y Borax, un compuesto de Boro que se usa en detergentes, suavizantes, jabones, desinfectantes y pesticidas, en aquella época se utilizaba para hacer las soldaduras y en las herrerías. Calico también fue una importante mina de este material, ya que los principales depósitos del mundo de este mineral se encuentran en este región. 

El pueblo se visita accediendo desde la I-15 y entrar cuesta 6$ por persona. Luego todo el recorrido se hace andando y hay un camping dentro y otras actividades, sobre todo para niños. Sirve un poco de museo etnográfico para los niños americanos sobre su pasado. Ya que aquí pueden ver todo los aspectos de la vida de su país hace años. 

Para nosotros es toda una curiosidad. La visita completa se hace en un par de horas, sólo es una parada en el camino y tampoco es como para ir más veces, es una curiosidad que queríamos conocer y enseñarte. 


Las casas y edificios han sido restaurados y reutilizados en la ciudad visitable actual. En la que sigue sin vivir nadie, sólo los que se alojan en el camping cercano y funciona como museo, pero no ha vuelto a ser habitada. 




No me imagino como los bomberos de esta época podían hacer algo con esto. Claro que los edificios tampoco eran tan altos como para complicarles la tarea demasiado. 

Este es el ayuntamiento de la ciudad, que hoy en día está decorado con las fotos de todos los alcaldes y ciudadanos ilustres de la ciudad. Sole dice que se va a presentar a «Miss Calico» para estar también en esa galería…







No sé desde el punto de vista más historicista si todo esto es muy fiel o si ha sido convertido más en parque temático, como el escenario de una película si que es.

Y nosotros haciendo el tonto…



No me imagino lo que debió ser vivir en esta época, sin saber nada de nadie que no tuvieses al lado, no saber como era el mundo más allá de donde alcanzaba la vista, no conocer otros sabores que los de daba esa tierra… esta claro que no es un momento histórico que me hubiese gustado conocer en vivo.



Esto es lo que más me ha gustado de la ciudad y por lo visto era una costumbre habitual lo de construir una casa en el oeste por completo con botellas de cristal. No es la primera vez que veo esto. Usar las botellas vacías para hacer las paredes.  

El resultado me encanta, no sé arquitectónicamente lo buen material que sea, pero estéticamente queda muy chulo. 

Claro, que es poco práctico, por que al interior asoman todos los cuellos de todas las botellas. 

Te enseñan a buscar oro y plata filtrando arena con un plato en el agua, como se ve en los libros y las películas. Pues ser anecdótico, pero en la era de las máquinas excavadoras de las minas, es un conocimiento muy poco útil. 

La herrería. 



Bueno, parece que si hay algunos habitantes todavía en Calico, los gatos. 

La escuela es uno de los sitios más vistosos de la ciudad. 





Varias de las casas se usan como tiendas para comprar cosas de artesanía, sobre todo de los indios, antigüedades y decoración tradicional. 

Haciendo un poco el tonto… jejejejeje


Me he acordado mucho de mi padre, porque hay mucho relacionado con la mineralogía, que es su afición. Como estas geodas vírgenes,que vendían que tu rompías y dentro te encontrabas si tenías una preciosa geoda natural. 

Y cosas tan chulas como esta reproducción de la mina hecha dentro de una geoda de cuarzo. 

Y bueno, aunque los regalos no se dicen, como son cosas que le gustan mucho, le hemos comprado un monolito tallado en onice. Que pesa un quintal, a ver como nos lo llevamos. Pero está muy chulo, es un sitio que le habría gustado mucho a él. 




Es una visita curiosa, un sitio original y diferente. Algo que rompe la monotonía de un viaje en carretera. Nosotros nos lo hemos tomado más como curiosidad pero es posible que también sea una visita culturalmente interesante. Es un buen complemento para un recorrido por la zona o para los que hagan la Ruta 66.

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