Restaurante La Finca de Susana

El Restaurante La Finca de Susana un restaurante curioso, todos los camareros tienen que ser españoles o filipinos, nada más. Está decorado como si fuese un jardín con bodega, con muchas plantas y botellas. El servicio es… raro, es eficiente, pero no es amable ni simpático, no quieren ser majos, son serios, es algo buscado, forma parte de la identidad del restaurante, pero choca que en un sitio así te atiendan de un modo tan «marcial». Pero claro, tiene que tener su personalidad.

Los platos son originales, pero no es nada raro, no vas a comer nada que no sepas lo que es o lo identifiques rápido, son creaciones con ingredientes normales, pero de un modo que no es lo normal que comas. Y los nombres son divertidos.

Esta foto me ha gustado, mira que no salen ni mirando y la hice sin que se dieran cuenta, pero no sé, la foto tiene algo…

Yo en el Restaurante La Finca de Susana siempre como lo mismo, desde el primer día siempre me pido la «Fideua con ALi Oli», de entrantes las «Patatas Fondant» y «Croquetas de Pollo de la Finca», somos poco originales, pero si algo te gusta…. Los platos son deliciosos y el sitio una preciosidad, así que si no lo conoces apúntalo en tu lista de visitables. Te pongo las fotos de los entrantes, no me paso con las fotos de la comida, que luego decís que engordáis por mi culpa, porque os pongo fotos de comida y os da hambre.

Patatas con huevos al momento

«Patatas Fondant», con queso y pimientos rojos.

«Croquetas de Pollo de la Finca» que es de lo mejor que hay

Y esta vez quisimos probar algo nuevo y nos pedimos una tempura de verduras, riquísima.

Tengo que contarte que aquí Mercedes me hizo la mayor jugada que he visto hacer a nadie nunca, como siempre, la pelea para ver quien paga es encarnizada, todos planeamos estrategias, nos vigilamos los unos a los otros…. y ella, 100% estratega nos dejó a todos con la boca abierta, estábamos a mitad de la cena, sentados en una mesa al fondo cuando dio un salto y dijo que acababa de ver entrar a los padres de una amiga suya, que iba a ir a saludarlos… todo normal, aunque Mercedes vive en Almeria conoce gente en Madrid, sus amigos de allí viajan bastante aquí, así que a nadie nos extrañó; estábamos a mitad de la comida, si es en el postre le pongo un guardaespaldas a cualquiera que se mueva, aunque sea para ir al baño (que ese truco ya está muy usado) pero claro, acabábamos de empezar. Ella volvió y nos dijo que ya les había saludado y ¡hasta nos contó sus vidas!.. cuando estábamos terminando el postre aparece el camarero con la cuenta y el recibo de la tarjeta de crédito para que firmase. Les había llevado la tarjeta para que cuando terminásemos la comida pasasen directamente la cuenta a la tarjeta y sólo tuviera que firmar, así no había discusión posible. No pudimos ni regañarla de lo alucinados que nos dejó…¡¡Y ella toda ancha victoriosa!! tengo que admitir que la idea me pareció buenísima y se la he copiado un par de veces 😀 Siempre que voy a La Finca de Susana me acuerdo de Mercedes y de esa jugada.

Pastel de pollo con cous-cous y patatas paja, el plato que se pidió Javi, que tenía una pinta deliciosa.

Es un sitio difícil para ir, no admite reservas y como es tan conocido o vas a primerísima hora a comer o te quedas con las ganas, nosotros la mitad de las veces que vamos nos tenemos que ir porque ya está lleno, lo bueno es que en la zona ya tenemos un par de sitios muy chulos para las «emergencias». Así que apúntate esta visita para cuando tengas ganas de comer bien y el precio es más que razonable.