Masajes

Cuando yo trabajaba en Ya.com, los primeros años que eran los de la famosa burbuja de Internet y teníamos toda clase de lujos en el trabajo, teníamos un masajista en la oficina, todas las semanas pasaba una hora en la camilla mientras me dejaban como nuevo. Eso se acabo, como se acabaron tantas cosas y el sueño de Internet terminó. Tardé tiempo en volver a ir a darme un masaje, como te conté tengo escoliosis, la columna desviada y el trabajo delante del ordenador lo empeora, así que fui otra vez al fisio y me fue de maravilla, pero nunca había pensado de esto hacer una costumbre.

La idea salió de Javi. Él fue quien fue una vez al masajista y le gustó mucho, le fue muy bien y empezó a ir todos los meses, me comentí que si quería ir, pero la verdad es que me sonaba como algo «superficial», me parecia un gasto excesivo, por poco que sea, por que lo veía como algo puramente de placer.

Hace unos meses me empezó a molestar la espalda, como vamos a nadar no me ha vuelto a dar problemas y estaba de maravilla, pero cuando Thor se rompió la pata cortamos la natación para tenerle controlado y los paseos largos lo mismo que es lo que me mantiene más o menos activo, así que mi cuerpo se resintió y Javi me convenció para que fuese un día a darme un masaje para solucionar lo de la espalda.

¡Mano de Santo! Nuestro Santo particular se llama Roberto, es «de la familia» por que es familia de Susana, nuestra peluquera, pero como ya nos conoces nosotros nos hacemos amigos de todo el mundo y Susana estaba en boda y la madre de Roberto fue quien nos hizo la limpieza para la boda. Así que Roberto además es alguien de confianza, por que algo que he aprendido es que además de en lo físico, un fisio te ayuda en lo psicológico, por que te hace hablar y te ayuda a irte descargando, te cura por dentro y por fuera.

Roberto dejó la clínica en la que trabajaba y se montó por su cuenta, ahora es fisio a domicilio y todos los meses, y no voy a hacer el chiste fácil, viene de hacernos una puesta a punto y no sólo a Javi, ahora es a los dos. Ha conseguido que deje de verlo como algo «de lujo» y ahora lo veo como una «inversión en salud«, el día que viene te deja hecho polvo, por que los masajes de este tipo no son como los de Ya.com que eran para relajarte, estos te dejan dolorido, pero al día siguiente tienes el cuerpo tonificado y no he vuelto a tener problemas de espalda.

Los masajes son una maravilla, te sirven para cuidar tus músculos, tu nivel de estress y tu salud en general. Además al ser alguien de confianza te hace sentir más relajado (¡A mi no me toca otro hombre que mi marido! ji ji ji ji) y los dos hemos notado los beneficios de mantener esta regularidad de la visita al mes.
Ahora una bienintencionada anécdota, hace unos años fuimos a Eslovaquia, el hotel en el que estábamos era una maravilla y el SPA era genial, tenían servicio de masajes y decidimos Javi y yo regalar unas sesiones a mis padres, que nunca se habían hecho un masaje ¡¡Y los dos se quedaron dormidos!! Juas juas juas se puede decir que a ellos esto de los masajes les relaja mucho 🙂

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  1. Sonia G
  2. Anónimo
  3. conchi

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