Monte Saint-Michel

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En cuanto que supe en París que teníamos más días para el viaje, el destino lo tenía muy claro, llevo años queriendo conocer el Monte Saint-Michel, en Bretaña. Por eso tras dejar París y tremendamente ilusionado, hemos llegado hasta Bretaña, a un hotel muy curioso que luego te enseño y sobre todo, hemos llegado hasta esta mágica isla que es el Monte Saint-Michel.
Desde pequeño este sitio ha sido especial para mi, imaginar una isla con una pequeña ciudad en torno a una abadía y cuando la marea baja, la isla queda conectada con la costa, pero queda aislada cuando la marea sube. Un lugar con magia. Y por fin, tras tantos años, estoy aquí, estamos aquí.

El Monte Saint-Michel no está en Bretaña, sino en Normandia, pero nuestro hotel está en Bretaña. Esta isla es conocida desde la Edad Media por el culto al arcangel San Miguel. Hoy en día es Patrimonio de la Humanidad y el lugar más visitado de Normandia. En tamaño es islote es un poco más pequeño que Mónaco. y está coronado por la impresionante abadía gótica que se ve desde kilómetros de distancia.
Un detalle curioso es que este islote era una montaña en medio de un bosque y la costa estaba muy lejos de aquí, pero en el siglo VIII la zona de hundió y se inundó por el agua, que dejó la montaña como isla cerca de la nueva linea de costa.
Antes era una fortaleza inespugnable, porque sólo se podía acceder a ella a pié cuando la marea estaba baja y por el mar cuando la marea estaba alta. Hoy en día se ha convertido en península por una carretera que lo une con la costa, pero está proyectado demolerla y devolver a Monte Saint-Michel su caracter de isla de mareas, mientras que para acceder a la isla se va a construir un gran puente.
Como no me canso de decir, las religiones ocupan unas los sitios de las precedentes y en este caso, este monte, antes de ser isla, era ya un lugar de culto de los druidas y aquí estuvo después un templo al Dios Belenos de los galos, hasta hay restos megalíticos neolíticos. La historía cristiana de la abadía dice que el propio Arcangel San Miguel se apareció a un obispo tres veces para decirle que construyera una iglesia en este punto (siglo VIII). La primera abadía se construye en el siglo X.
Durante la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, los ingleses intentaron varias veces tomar el Monte, pero este ya había sido amurallado y nunca pudo ser conquistado.
Aunque la carretera se mantiene aunque suba la marea, el parking no y te avisan todo el tiempo que debes sacar tu coche antes de que suba la marea, porque se quedará bajo el agua.
Personalmente, llámame romántico, prefiero que el agua circule naturalmente, aunque haya un puente, este monte-isla debe seguir siéndolo, no una península artificial. Esta es la vista de la zona del parking frente al monte, aunque también puedes dejar el coche en un parking en la costa y te llevar en autocar.
Una vez que entras todo es como un viaje en el tiempo, como nos pasó en Carcasona. Nada se ha modernizado, todo está restaurado y muy cuidado. Hay hoteles en la isla, pero son pequeños, viejos y caros, pero como venimos con coche no tenemos que estar en el mismo sitio.
Es un sitio tremendamente turístico, nosotros hemos tenido una visita muy tranquila, pero me imagino que en verano debe ser un destino imposible por la cantidad de gente, porque además, como ves son todo callejuelas muy estrechas.
Los monjes dejaron la abadía en el siglo XVIII con la Revolución Francesa y esta pasó a convertirse en una carcel, primero para monjes que no aceptaban el nuevo estado laico. En el siglo XIX Napoleón III termina con la prisión del monte y este empieza a ser un destino turístico de pintores y escritores del Romanticismo, que llevaron la magia de este sitio al mundo entero.
La parte baja de la isla son las casas, tiendas, restaurantes, etc. Como es un sitio totalmente dedicado al turismo, las tiendas de temática medieval y caballeresca son muy normales.
Y a los niños estos juguetes de caballeros les encantan.
Pese a ser un sitio relativamente pequeño tiene su tradición gastronómica.
Todavía hay gente que vive permanentemente en la isla, pero no llegan ni a 50 habitantes.
Nosotros hemos hecho la visita completa y hemos subido hasta la abadía, que cuesta dinero entrar y puedes alquilar una audioguía en español para seguir la visita.
El conjunto entero está super bien cuidado y mantenido, es una visita a otra época.
Y yo a mi bola, ya sabes que me encanta eso de ver a las mascotas en los sitios normales, con las personas sin que les prohiban el acceso a todo, como se hace aquí.
Mira lo estrechas que son las calles aquí, por que sólo hay una que va subiendo en zig-zag hasta la abadía desde la entrada a la isla. Todas las tiendas, casas, hoteles, restaurantes, etc están en esa calle con alguna escalera como esta que da tanto yuyu.
Hay que estar un poco en forma para subir tanta cuesta y tanta escalera, pero merece la pena hacerlo.
Mira que bonita la vista de la bahía desde lo más alto de la isla.
Y la iglesia al interior es una preciosidad.
Con las vidrieras.
Pero a mi la parte que más me ha gustado ha sido el claustro.
Un claustro gótico precioso
El antiguo refectorio
Vista de la bahía desde las vidrieras
La abadía está llena de preciosas salas y espacios. Es el mundo de «El Nombre de la Rosa«, uno de mis libros favoritos.
Y este es el homenajeado, el Arcangel San Miguel, que coronaba la punta de la torre, pero ha sido sustituido y el antiguo lo han puesto en la salida de la abadía.
Aquí puedes ver donde estaba y la actual reproducción.
Agustín me ha sorprendido, una vez más, cuando dejó anoche el mensaje diciendo que teníamos que comer en «La Mère Poulard» por que como ya sabes, ya hemos vuelto, no hemos podido seguir su consejo, pero es que lo fuerte ¡Es que comimos en «La Mère Poulard»! Simplemente alucinando…
El sitio nos llamó mucho la atención al verlo, por lo elegante y la decoración, ya que por aquí han pasado todos los personajes famosos de toda la historia a tenor de las fotos con firma de decoran las paredes.
Hay un plato típico del Monte Saint-Michel que son las «Tortillas del Monte Saint-Michel» y queríamos probarlas. El sitio fue una buena elección como bien ha recomendado Agustín, se ve que, como siempre, tenemos unos gustos la mar de afines.
Y esta foto es para Maria Jose, que siempre me dice que quiere fotos con bicho. Y pensé yo…¿Que mejor bicho para una foto que una buena langosta? Así que esta foto va para Maria Jose, que ya le pasaré la factura del «bicho»…
Y aquí mi chico con su tortilla
La cocina está abierta para que veas como se preparan las tortillas.
Que sólo tienen huevo y se hacen con grandes cantidades de mantequilla
Estas tortillas se hacen con el huevo sólo, batiéndolo mucho con varillas, muchísimo, para que vaya cogiendo la masa aire y se vaya inflando, sube mucho de volumen. Luego se echa bastante mantequilla en la sarten y se pone al fuego.
Cuando está muy caliente se echa la masa de huevo inflado y se pone a cocinar durante unos segundos para que se haga muy rápido, que el huevo cuaje, pero sin que la masa se baje. Y así tenemos estas tortillas enormes como resultado. Y por si tienes curiosidad sobre si está buena: NO! Es sólo huevo con mucho aire, pero a ver… donde fueres…
Y termino con un video de un muy curioso fenómeno que hemos sido testigos (el video es nuestro) en lo más alto de la Abadía del Monte Saint-Michel, cuando las gotas de agua que salen por las canalizaciones, en vez de caer hacia abajo, salen volando en todas direcciones por el efecto del aire ascendente desde el mar. Curiosísimo!!

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15 Opiniones

  1. Anónimo
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  3. Pilar
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  5. Lola Ariza
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  7. PALOMA
  8. Celín Pérez

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