Onda

El domingo por fin hicimos la visita turística por Onda, por que la gastronómica ya la teníamos hecha. Pero también teníamos ganas de ver algo más de la ciudad. Es famosa por su castillo y nunca lo habíamos visto. Hemos ido andando desde casa de Eva, que allí se puede ir a todos sitios andando y es muy cómodo. El castillo está en lo alto de una montaña desde la que se ve todo el pueblo y tiene unas vistas muy chulas del campo. 

Como estábamos de domingo, no hemos hecho la visita por que hemos llegado cuando cerraban, pero por lo menos hemos podido ver el entorno. Nos reservamos la visita para otra vez, que está muy chulo y muy bien conservado, acostumbrado a ver «piedras» como se suele decir, como ves en las fotos este está muy bien y se ve todo el castillo perfectamente. 

Y las vistas a una iglesia del pueblo, que tiene unas cúpulas muy chulas. 

Esta es la portada de la iglesia, por que hemos bajado andando por el pueblo y la hemos visto (por delante).

Y la plaza del pueblo, que aquí si hemos estado otras veces. Onda es pequeño, pero tiene sus rincones con encanto. 

Y la despedida la hemos hecho gastronómica, como tiene que ser. Así que hemos ido al restaurante Rei Jaume I para comer una paella valenciana. 

Y como me vuelve loco, empezar la comida con pan con aolioli y tomate. 

Una sepia a la plancha como aperitivo mientras preparan la paella.

Y unos champiñones al ajillo.

Y un revuelto morcilla con huevo que estaba delicioso.

Y finalmente la paella, enorme. De carne para que pueda comer Javi.

Venga Alberto… que tú puedes!

Al ataqueeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

Y créeme que no ha sobrado un grano, estaba deliciosa. Todos han comido de plato, menos Miguel y yo que hemos comido de la paellera (o paello como lo llaman allí), que es como se tiene que comer. La experiencia es más completa cuando se come así. 

Y Thor también tuvo su ración de paella cuando llegamos a Madrid para celebrar que fue su cumpleaños al día siguiente. Pero como es su plato favorito se merecía que se lo hiciéramos.