Pareja de tres ~ Trimonio

¿Crees que el amor es cosa de dos? ¿O puede ser de tres? ¿Crees en el poliamor? ¿El trimonio? Imagino que son preguntas que no te has hecho nunca. O que es algo que te pilla tan lejano que ni te lo planteas. Bueno, yo tampoco. Hasta que me tocó. Una de las funciones del blog siempre ha sido contar mi vida. Exponer mis cosas, para que sean un escaparate de la vida real. No quiero ser modelo de nada para nadie. No soy mejor, ni peor, ni más, ni menos que nadie. Soy humano. Cometo errores, tengo aciertos, triunfo, fracaso, aprendo y mucho más. No tengo nada de lo que arrepentirme. Aunque ciertas cosas cuesta más contar. Hoy «voy a salir del armario» de nuevo, de una forma que nunca pensé.

Relación poliamorosa

Javi y yo hemos tenido una relación a tres. Una relación poliamorosa, una trieja, un trío, trimonio, pareja de tres. No sé como llamarla. Ver Wikipedia. Y fue uno de los motivos para cerrar el blog. De repente teníamos un secreto. Acostumbrado a contar todo en el Blog, sin filtros, sin secretos. Había algo que no podía contar. Por respeto a la familia, que era algo que no sabíamos como contar. Además él, que por respeto mantendré su anonimato, no formaba parte de nuestro círculo, así que de repente verse expuesto aquí tampoco le gustaba.

Pareja de tres

¿Como te enamoras de un tercero? Pues fue algo que ocurrió poco a poco. Ni siquiera nos conocíamos en persona. Todo empezó por las redes sociales. Un juego, un divertimento, echar una mano a un chico que necesitaba ayuda. Pero poco a poco eso fue dando paso a otra cosa. Con total honestidad Javi y yo nos dijimos el uno al otro que empezábamos a sentir algo por él. Cuando los tres estuvimos juntos, estuvo perfectamente claro que algo había. Así que decidimos dejarnos llevar. Era algo nuevo, sin nombre, sin etiquetas. Pero por qué íbamos a negarnos algo que era real.

Una cama para tres

La relación evolucionó, mucho, muy bien y muy seria. Y terminamos los tres viviendo juntos, durmiendo juntos en la misma cama. ¿Y cómo se lleva ser tres en una pareja? Pues una auténtica maravilla. De repente quieres a dos personas que a la vez te quieren. Las tareas de la casa, las decisiones, todo se reparte entre tres. Además Javi y yo como pareja ganamos algo muy importante, un mediador.

Todas las parejas discuten. Javi y yo también. Y casi nadie tiene derecho a meterse en las discusiones de una pareja. Pero el «tercero» es la persona que si tiene la potestad de hacerlo. Por que está dentro de la relación igualmente. Tiene la confianza, nos conoce perfectamente y tiene el derecho, por la parte que le toca.

¿Qué problemas tiene una relación a tres?

Ninguno y todos. Es como una pareja de dos. Sin diferencia. Se discute, se quiere, se enfada y se enamora uno igual. El clásico comentario que Javi y yo podríamos romper por el tercero era una tontería. Nosotros no llegamos a eso por aburrimiento o por que nuestra pareja flaqueara. Llegamos a eso, por que somos humanos y los humanos nos enamoramos. Y este chico era alguien de quien nos enamoramos, se enamoró de nosotros. Y seguimos adelante. No afectó en lo más mínimo a mi relación de pareja con Javi. Sólo sumó. La frase de «Si ya es difícil una relación con uno no me imagina una con dos» yo no la entiendo. Por qué realmente, no tuve nada de diferente con Javi que con el tercero. Quizá te diría que más fácil.

Secretos y mentiras

La parte más difícil es la familia. Como cuando tienes que salir del armario con tus padres y les cuentas que eres gay. Que te cuesta la vida la confesión. Aquí nos pasó lo mismo. De repente vivía un chico con nosotros. ¿Por qué de pronto una pareja tiene un chico viviendo con ellos? Ya no podía enseñar todas las fotos que hacíamos aquí en el blog, ni a los padres. A algunos amigos si les dijimos lo que ocurría. Sin problemas por ningún lado. Nadie se lo tomó mal. Aunque si mostraron preocupación por Javi y yo como pareja. A la vista está que no suponía ninguna clase de problema.

Pero tuvimos que dejar de contar el día a día a los padres. Ya no podían venir de visita a casa, o verían que el tercero dormía en nuestra cama. Los secretos son malos, siempre. Y este secreto hizo que poco a poco nos alejásemos de nuestros padres. El mayor error que cometimos en esta relación ha sido este. No confiar en nuestros padres y contar la verdad a tiempo.

Salida del armario

En todo caso si hubo una salida del armario. Si que llegó el momento que tuvimos que dar una explicación a los padres sobre lo que ocurría. La relación se enfriaba demasiado y ellos no entendían por qué. ¿Y se lo tomaron bien? Bueno. El tiempo ayuda. Los hijos damos sorpresas y desde luego ser mis padres no debe ser fácil. Lo aceptaron. Con una relación cordial con el tercero, aunque para mis padres mi única pareja es y será Javi. Ya ha pasado tiempo y aunque mucha gente de nuestro entorno no lo sabía, he decidido contarlo aquí públicamente. Por que no somos los únicos, por que como ser gay, todo lo diferente requiere visibilidad.

Modelos de familia

La visibilidad normaliza. Los primeros hijos de divorciados eran parias, algo que daba vergüenza contar mientras que se normalizó por el bien de los niños y hoy en día es algo natural. Tener una familia diferente también es algo a visibilizar, por eso lo hago. Y lo mío es una familia. Basado en el amor, el cariño, el respeto. Sin hacer daño a nadie. Una decisión tomada como adultos. Nunca nos mentimos, nunca nos engañamos y la relación funcionó a la perfección. De dos pasamos a ser tres. Y los primeros que,  curiosamente, entendieron eso a la perfección, fueron los perros. Desde el minuto 1 que entró en casa era su padre y así lo trataron.

Trimonio

No existen tópicos sobre esto, ni antecedentes cercanos. Fuimos aprendiendo sobre la marcha. Y por el camino conocimos alguna que otra pareja de tres. Hay más trimonios o como quieras llamarlo. Ni siquiera hay un nombre único para definirlo. Pero esto si que definió mi vida. Si que lo cambió todo en mi realidad. Pero a fin de cuentas, sólo tuve la enorme suerte de enamorarme más, de más personas. Y que a su vez me amasen más. Y salíamos y los presentaba como «mi marido y mi novio«, a Javi y al tercero. Y así nos conocía mucha gente. Esto es algo que hay que llevar con naturalidad. Sin vergüenza. Las relaciones entre las personas son tan variadas como las personas en si. No existe un modelo único de familia. No existe un modelo bueno. Cada uno quiere como quiere. Ama como ama. Y vive como quiera vivir.

Hoy quiero contarlo aquí precisamente por dar visibilidad y apoyo a quien vive su vida como quiere. Tenga la relación que tenga. Una de las muchas cosas que he aprendido con esta experiencia, es que las personas tienen que ser ellas mismas. Haciendo lo que quieren hacer para ser felices. Y nosotros lo somos.

¿Y qué pasó?

Como millones de relaciones cada día. Nuestra pareja terminó. Por que tenía que pasar. Sin dramas ni problemas. Nuestro tercero no estaba preparado para una relación y lo hablamos a corazón abierto. Con claridad, sinceridad. Por lo tanto no hubo problemas. Si quieres a una persona, también quieres su felicidad por encima de la tuya. Y así nuestra pareja de tres volvió a ser de dos. ¿Y qué pasó con el tercero? Nada, se quedó en casa. No tenía por que irse. La cosa cambió poco. Seguíamos con el mismo cariño y confianza. Cuidado y preocupación. La relación derivó a familia casi, como hermanos. Cuidando los unos de los otros igual. Y dos años después la vida sigue y él se «emancipa» con su pareja.

Conclusión

Javi y yo como pareja hemos ganado con la experiencia. Hemos ganado una persona con la confianza y cariño suficiente para mediar y ayudarnos. En lo personal he aprendido mucho sobre mi mismo, la vida y el amor. He aprendido de mis errores y tengo que confiar siempre en mis padres. He aprendido que no existe un modelo bueno y uno malo. Tu familia es tu familia y si sois felices genial. Y la mía es la mía. Y cada uno en su casa. No me siento avergonzado, al contrario, esta experiencia ha enriquecido mucho mi vida. Y espero que ayude a abrir mentes, a quitar prejuicios y a todo a avanzar.