¡Qué poco nos queda!

¡En un mesecito estamos de boda! Lo bueno de los viajes es que antes de que te des cuenta ya los tienes encima. Cuando Sonia e Ignacio nos invitaron a pasar su Luna de Miel con ellos parecía un plan a largo plazo, pero la verdad es que ya lo tenemos encima y esta noche nos hemos reunido para ultimar detalles.

Ya lo tenemos todo contratado, los hoteles, aviones, excursiones, etc. Nos quedan pequeños detalles, pero todo lo indispensable ya está cerrado, como suele decir: ¡O nos vamos o nos vamos! Ya no hay vuelta atrás. Bueno, quedaba un pequeño detalle técnico que era que oficialmente, no teníamos la invitación a la boda, así que nos han invitado a cenar con Anita para darnos a los tres las invitaciones.

La invitación es muy chula, se sale totalmente de lo normal, es muy divertida, nada pastelona. Es un tríptico estrechito que viene doblado dentro de una bolsa de tela con un lazo con sus nombres. La decoración son plantas y mariposas, nada de corazones ni símbolos típicos de las invitaciones. Me ha encantado.

Y luego una cenita, aunque no te pongo más fotos de su casa, por que es de alquiler, su piso no se lo han dado a tiempo, así que han alquilado uno para después de la boda hasta que tengan el suyo terminado, que con suerte será para la vuelta del viaje. Cuando tengan su piso haré todo un reportaje, que yo mimo estoy deseando ver. Este piso que han alquilado está muy bien, es de un dormitorio, pero de piezas muy grandes y lo mejor la cocina americana.


Nos hicieron una cena mexicana y nos lo pasamos muy bien hablando de planes del viaje, volviendo un poco loca a Anita dando tanto la plasta con el viaje. Pero estamos muy ilusionados con todo lo que queremos hacer, echamos de menos a Maria José que es la quinta viajera de su Luna de Miel comunitaria.

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