Restaurante Dolores, but you can call me Lolita

Hoy quiero enseñarte la cara B del Restaurante Dolores, but you can call me Lolita y es que ya que lo has visto por la noche (ver aquí), ahora lo aprecies por el día. Me ha parecido un ejercicio interesante para ver como cambia un sitio así entre la vida nocturna y el día a día. Así que como las chichas ya se fueron, hemos llevado a Hugo y Silvia a que disfrutel del que ya es nuestro restaurante favorito de Miami. Me ha parecido un ejercicio interesante para el Blog. 


Un restaurante que además tiene sus hermanos en la web de Restaurantes de MadridRestaurante El OlvidoRestaurante El Recuerdo y Restaurante La Misión. Que son las tareas que nos hemos puesto en cuando que volvamos a Alcobendas. ¿Te apuntas? (te pongo ojitos para que no me digas que no)

No tengo demasiado que contarte porque toda la historia te la conté ayer, lo que quería es que tuvieses una visión completa de un sitio tan chulo. Y nosotros lo mismo, buscábamos averiguar con qué se corresponde este sitio ultra popular de la noche y la sorpresa, como anoche, es lo más grata. 

El bullicio, la música, las colas para entrar, etc por el día se convierten en un entorno tranquilo y relajado. 

Hemos podido ver los salones por dentro con mas luz y sigue siendo un sitio deslumbrante

Y la terraza, que anoche estaba hasta la bandera, ahora es un sitio tranquilo, donde disfrutar del clima y del paisaje tranquilamente, mientras comes de maravilla. 

Las vistas son una pasada, como una ciudad de rascacielos puede tener este aire tan marino.

Estuvimos un rato hablando con Carlos, el dueño, que nos ha invitado a que conozcamos el otro que tiene cerca de este, así que antes de irnos iremos a probarlo, que tenemos muchas ganas. Manda muchos besos para las chicas, sobre todo para Pibona, así que Pi, date por besada. 

Y ahora si que he podido hacer fotos en condiciones de la comida. Empiezo por el entrante de Hugo, que era salmón ahumado con aguacate en crema

Yo me pedí corazones de alcachofa rebozados

Silvia las croquetas de jamón, que alguien se las tenía que pedir, no podía ser. Que por cierto, aviso ya, cuando vayamos a Córdoba pienso hacer el «Croquetas Tour 2012» por casa de Lola y Mari Cruz, porque veo vuestras recetas y con lo croquetero que soy me dan ganas de chupar la pantalla. 

Y termino los entrantes con Javi que se pidió una ensalada de espinacas con queso y fresas.

Hugo pillado…

Y mi plato principal se llama.. «No me puedo creer que no sea pasta» En serio, se llama así. Por que, aunque parecen tallarines, en realidad está hecho con zucchini, una especie de calabacín amarillo muy popular en Estados Unidos.

Silvia se pidió salmón con crema de espinacas

Hugo el churrasco, como habían hecho Feli y Pibona

Y finalmente Javi, las costillas, que la próxima vez que vaya me las pido, porque estaban deliciosas. Que por cierto, la siguiente vez había pensado con Agustín, que nos íbamos a ver aquí, pero al final, «no hemos cuadrado agendas«. Nos quedamos con las ganas de conocerle por ahora. 

Y el postre es muy original, como todo en este restaurante. Silvia se pidió un postre que se llama «Doble o Nada» y se llama así porque te traen el postre y dos dados, si tiras los dados y sacas dos iguales, el postre te sale gratis y sino lo pagas (pero no te cobran el doble). 

Y Hugo la quiere mucho, porque no tuvo suerte y hubo que pagar el postre… pero me parece una cosa super original. 

Y este era el postre. Una especie de coulant de chocolate con helado de canela

Y yo no me resistí a un flan de chocolate, que estaba delicioso.

Y termino con la anécdota del día… no puse fotos del baño ayer, porque por la noche era todo un espectáculo, en el baño hay un asistente que te abre el grifo, te da una toalla, etc. Pero además, tiene unas bandejas con todo lo que puedas necesitar, colonias de todas las marcas, tabaco, pastillas, antiacidos, kleenex y un largo etcétera. Como el hombre estaba trabajando me dio corte hacer la foto, espero es algo digno de ver.

Por el día, con menos afluencia de clientes, no hay asistente. Pero si que tienes tu colonia, un curioso expendedor de hilo dental y un gran bote de enjuague bucal con vasitos. Pues Hugo fue al baño y ni corto ni perezoso, se echó el enjuague bucal en las manos creyendo que era el jabón y venga a frotarse y eso no hacía espuma, pero olía… cuando subió y nos lo contó nos moríamos de risa.

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  1. Marymarisol
  2. Anónimo
  3. Lola Ariza
  4. Anónimo

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