Restaurante Hominy Grill, Charleston

Mientras me recupero de este fin de semana loco en Córdoba, quiero contarte cosas que todavía tengo reservadas del viaje, que aún hay algo, como un precioso restaurante y mañana ya te empiezo a contar cosas del finde, que ahora tengo que volver a ser persona…

Me encanta comer bien, que no es que sea un secreto precisamente, pero valoro mucho más comer bien en un sitio con encanto. Se puede salir a comer al McDonalds, si lo que buscas es alimentarte, pero cuando das con un sitio especial, lleno de encanto, aunque sea a nivel estético, como que disfrutas más de la comida. Estuvimos de visita en la ciudad de Charleston, una ciudad preciosa, pero no he hecho fotos porque ya hemos estado (ver Charleston, la ciudad de las casas torcidas) y es un sitio encantador, lleno de casas de época, con un montón de historia americana en cada esquina. 

Buscando restaurantes en Internet hemos dado con uno que nos gustado enseguida y ha sido todo un acierto, se trata del Restaurante Hominy Grill, que ocupa la planta baja de una vivienda en el centro de la ciudad, en un barrio residencial. 

 

Es un restaurante local, nada de guías turísticas, visitantes ni platos internacionales. Es comida de la región, preparado al estilo de aquí. Una manera estupenda de ir conociendo las diferentes cocinas americanas que nada tienen que ver como el tópico de la hamburguesa (como si en España todos comiésemos paella nada más) y son platos elaborados y sanos. 


Y todo el encanto de ser un sitio de verdad, sin pretensiones  una casa con habitaciones en cada una de las cuales hay mesas, se entra por el patio donde tienen un par de mesas también. Esta pintura es la entrada, que me ha encantado. 

El sitio decorado muy del sur y marinero, con las paredes de madera blanca y ventiladores de techo. Hoy hace un poco de fresco, así que por eso llevo la sudadera, no es que hiciera frio.

Y el local estaba lleno, me ha costado hacer una foto un momento sin que saliese gente. En las pizarras que ves tienes los acompañamientos para los platos y vegetales y en el otro las tartas que tienen para el postre. 

Los muebles de madera recia, muy pesados, tradicionales. Mari decía que se sentía como una reina en una mesa tan grande.

Y detallitos en la mesa, como unas flores y vinagre con pimientos.

El local es muy popular, no ha parado de entrar gente en ningún momento y no ha habido mesas vacías. Al llegar nos ha tocado esperar unos minutos a que se quedase una mesa libre, pero ha merecido la pena la espera.


Otra de las salas del edificio donde están los comedores. Hoy en día que, sobre todo aquí, todo son cadenas, estandarizadas y la comida sabe igual en Miami que en Alaska, en locales que son idénticos, da gusto estar en un local tan genuino y con un sabor tan sureño.

Y vamos con el menú, yo me he pedido una tazita de la sopa del día, que era de tomate con bacon. Me encanta la sopa de tomate, pero el bacon le queda algo raro porque le da mucho sabor y casi parece un guiso.

Y un plato muy nostálgico: Tomates Verdes Fritos. Uno de mis libros de cabecera (ver en Amazon) que significa mucho para mi, así que poder comer este plato, que siempre me ha sonado tan raro, me encanta. Es como muy mitómano comer algo así. Que la verdad, por muy destimificador que sea, no está tan bueno, por que un tomate verde, por muy rebozado y frito que esté, siempre será un desagradable y ácido trozo de vegetal duro.

Y otra cosa que hemos visto en cantidad de sitios y no habíamos probado nunca, los cacahuetes hervidos. Aquí los venden en muchos sitios, en todas las gasolineras y hasta en la carretera hay puestecillos para comprarlos. El camarero ha visto que éramos de fuera y nos ha invitado para que los probásemos. Sé que no suena muy prometedor, pero si te gustan los cacahuetes, se quedan con una textura como de crema que no está nada mal. 

Puedo decir sin duda que a Mari no le han gustado…

Y una de las cosas que definen el Restaurante Hominy Grill es que hacen los platos con avena, que en Estados Unidos se usa para desayunar, aquí la usan como acompañante de los platos y no queda mal. Nos es rara, porque en España no se come, es como una papilla blanca sin sabor ninguno, pero que queda bien con cualquier cosa por su falta de sabor. En mi caso, el plato de la casa, que eran langostinos con un salteado de vegetales y bacon… delicioso!!! Nos lo pedimos los dos hermanos.

Y los dos concuñados se pidieron en plato de pollo con curry, que es muy bueno, muy recomendable, no picaba y estaba muy rico. 

La cara de Mari es que al ver el plato temía que fuese picante, porque la cocina sureña suele ser picante o muy especiada, pero no lo era. 

Y viendo las tartas en la pizarras no nos hemos resistido a probarlas. Esta de almendras amargas con chocolate para Cesar.

Brownie con helado para Mari

Y Javi y yo compartimos una tarta de mantequilla, que estaba muy buena.


Da gusto viajar para conocer sitios como este, sitios tan originales, tan propios, como si una visita a un sitio así te acerque mucho más a conocer y comprender una ciudad tan bonita como Charleston. Si vienes aquí, por raro que sea el destino, lo vas a disfrutar, tanto la ciudad, que es como una colección de arquitectura de casas de muñecas y luego el Restaurante Hominy Grill, para conocer la gastronomía de la ciudad a buen precio.

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  1. Anónimo
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