Restaurante Otro Jerezano

Un restaurante es un engranaje en el que hay muchos elementos. Cuando uno va a un sitio a comer o cenar, puede encontrar fallos, son tantas las personas que participan del proceso que siempre algo puede fallar y todos somos conscientes y aceptamos sin problemas algunos fallos. A veces la experiencia hace que no volvamos a un sitio y otras que directamente recomendamos a los amigos no ir a ese sitio. Yo no suelo hablar en el Blog mal de un restaurante, si no me gusto no lo recomiendo y ya está. Esta vez la visita al Restaurante Otro Jerezano de Madrid ha sido diferente, por que el sitio nos ha gustado mucho y la comida es buena, pero la experiencia ha sido un compendio de errores en el servicio y he preferido contarlo para aprender de los errores. Y por que el sitio de verdad es bueno y los fallos son solventables. No soy nadie para criticar el trabajo de nadie, pero una crítica constructiva creo que puede ayudar mucho. En cualquier caso, sólo es mi opinión. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid

El Restaurante Otro Jerezano lo ha elegido Javi por que está en el barrio de Las Tablas, muy cerca de Sanchinarro y Alcobendas. Un restaurante de buena comida española con una carta muy llamativa. Cerca de casa y bien comunicado. En un barrio nuevo de Madrid llenó de restaurantes. Mucha competencia y mucha variedad. Reservado en www.reservarrestaurantes.com con una promoción del 50% de descuento en los platos de la carta. Así que muy bien. 

Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Cuando hemos llegado al sitio nos ha encantado. La entrada es una zona de bar de pinchos, con unas tapas con muy buena pinta. Luego la parte de comedor muy amplia, elegante y la decoración muy sobria, nos ha gustado a todos el sitio enseguida. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
El servicio es la cara de un restaurante. No se va sólo a comer, por que abrir una lata en casa también es comer y un McDonalds también es un restaurante. Elegimos un sitio por que queremos comer bien, tener una experiencia adyacente a la comida completa. Queremos algo más que comida. El servicio es una parte muy importante de la experiencia, todos hemos vivido como un mal servicio ha hecho que nunca volvamos a un restaurante. En este caso el servicio ha sido una de las cosas que más nos ha chocado. 
El maitre no ha sonreído en ningún momento. Parece una tontería, pero para ver malas caras ya voy el lunes al banco o a una oficina, no me parece una buena tarjeta de presentación un jefe de sala, que no tiene ni la educación de sonreírte. Hay un lenguaje corporal que nos dice si somos o no bienvenidos en un sitio, un felpudo de «Bienvenido» en la puerta no es un contrato se ser realmente bienvenidos dentro, pues un maitre que te mira como si fueras una acelga hervida parece un felpudo que dijera «Lárgate».
Camarera colega. Había una camarera que nos trataba como si fuéramos amigos de toda la vida. Personalmente no me importa que me tuteen. Pero hay una cuestión de educación y respeto al cliente que creo que se ve favorecida por un trato con cierta deferencia. 
Camarera novada: Todos hemos tenido muchos primeros días en nuestra vida. Así que la camarera que estaba en su primer día de trabajo es la que es más fácil de perdonar de todos. Que le pidas algo y se le olvide y se lo tengas que recordar entra en lo meramente anecdótico. Me parece más fallo por que es un fallo de información interna que te traiga el aperitivo, le preguntes que qué es y que no lo sepa. Cuando en todos sitios el aperitivo se pone en una pizarra y se les explica a los camareros que es, que lleva y como está hecho para que lo cuenten a los clientes. Así que si la chica no lo sabía es que esa información no llegaba hasta ellos.  
Fallo común a todo el servicio: Te retiraban los vasos y copas vacíos sin preguntar si querías otra bebida. Teníamos que ser nosotros los que pidiéramos otra bebida, cuando lo normal es que al ver que terminas tu copa te pregunten si quieres otra bebida. Ni una sola vez no lo preguntaron. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
La carta del restaurante es muy buena, muy amplia, uno de esos sitios donde todo te llama la atención y podrías comer casi cualquier cosa. Muchos productos de temporada, materias primas de de España y variedad. Lo que comí me gustó y seguro que casi cualquier cosa me habría gustado. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Hablando de materias primas. Un restaurante de productos españoles debería tener un buen aceite. Es el oro de las materias primas de nuestro campo. Nos pusieron unos panes excelentes, perfecta la elección del pan para los clientes, me encanta que el pan este hecho hace poco. Pero faltó el aceite de oliva para probar con el pan, creo que en la gastronomía española eso es una constante, un saludable hábito. En muchos restaurante es habitual y yo de verdad lo agradezco mucho. Pero bueno, si no lo ponen, cada uno en su casa hace lo que quiere. Pero en este caso, ante un buen pan, nosotros pedimos el aceite, por que nos apetecía pan con aceite. Trajeron la aceitera de aliñar las ensaladas, que yo creo que tener una botella de aceite por si un cliente lo pide es mejor. Cuando vimos la aceitera, un color claro que nos hizo sospechar que no era aceite de oliva y el sabor tampoco ayudó mucho, no voy a conjeturar, pero que en un sitio que quiere ir de nivel superior te pongan una aceitera con un aceite tan malo es una imagen pésima. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Nos trajeron el aperitivo de la casa, que nos dijeron que era un relleno de pringá del cocido. Muy bueno. Con un puré de castañas que también estaba rico. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Me sabe mal hablar de un sitio, sobre todo uno que ha tenido cosas si me han gustado, me ha encantado la comida y el sitio también. Creo que todos los fallos son fácilmente solucionables y la experiencia del cliente se puede ver muy enriquecida. Me parece un sitio muy chulo para cometer unos fallos tan inocentes. 
El baño: Voy a usar esto como ejemplo de como un sitio de categoría pierde toda su gracia. Primero, tanto en el de hombres como en el de mujeres las puertas de los baños rotas, en el de los hombres uno con una luz fundida también. Luego, la coña de la noche, tiene un temporizador para que las luces se apaguen. Muy bien, hay que tener un uso eficiente de la energía: por favor, eficiente, no ridículo. El comentario de la noche fue que no daba tiempo a nada, la luz se apagaba todo el tiempo. Lo cronometramos: 9 segundos. ¡La luz se apagaba cada 9 segundos! No podías ni lavarte las manos, ni desabrocharte la bragueta sin empezar a hacer danzas tribales africanas para que el sensor encendiera la luz por tus siguientes 9 segundos. Absurdo. 
Los secadores de manos de aire son para los bares. Un restaurante que quiere ser un buen restaurante tiene toallas de papel. por que además tienen un detalle muy bueno que son cepillos de dientes, que no es nada habitual, pero que como cliente se agradece mucho. Pero el secador de aire, más puertas rotas y por supuesto los 9 segundos de luz. Muy desconcertante la experiencia en el baño. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Pedimos los boletus con crema de mandarina y estaban muy buenos. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Muy bueno tambien el jamón. La ración no muy generosa, pero bueno, la calidad era muy buena. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Otro detalle del restaurante era el pan con tomate, que estaba muy bueno, el pan perfecto. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Se anunciaba en la carta como foie, pero era paté. Creímos que pedíamos un plato de foie cocinado, que yo iba con antojo, pero nos trajeron un paté, que también estaba bueno, pero es un error de carta. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Javi se pidió el secreto ibérico, riquísimo. Una manera muy original de prepararlo y nos encantó. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Y vamos a otro fallo. Temperatura de los alimentos. Es habitual que la comida llegue al comensal directa para comerla. Los platos se retienen un poco en cocina con una temperatura controlada par que se sirvan todos a la vez y con la temperatura para que directamente se empiece a comer. Pues en este caso no, el secreto de Javi y las habas de Eva estaban ardiendo, no se podía comer sin quemarse. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Por contra mi plato estaba frío. Yo como tenía el antojo del foie me pedí el solomillo al foie, que estaba muy bueno, la carne era excelente. Pero estaba frío. Que en el caso de la carne era soportable por que la pedí muy poco hecha, como me gusta, pero el timbal de patatas había salido directamente del frigorífico directo a mi plato, estaba helado y seco como un zapato, incomestible. Platos buenos con mala temperatura = mala experiencia. No vamos a un restaurante a soplar a la comida antes de comerla. Ni a pasar los platos por el microondas para calentarlos. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Eva se pidió las habitas con cocochas, que también estaban buenas. Ya te he hablado de la temperatura, pero podrás ver por la foto que eran como sopa que nadaba en aceite. tampoco algo muy agradable. Sobre todo por que es un fallo tonto, unas buenas habas y cocochas estropeadas por un exceso de aceite y servicio recién salido del fuego. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
De postre yo me pedí una sopa de frutos rojos. Otra vez el nombre en carta no te daba la pista de lo que era el plato, pero bueno, también es culpa mía que a veces los clientes entendemos lo que queremos, no lo que leemos. Fallo gordo fue que le pregunté al maitre si el plato llevaba canela, por mi alergia y me aseguró que no, lo pedí y cuando me trajeron el plato estaba todo espolvoreado de canela. Les pedí que me lo cambiaran. Quizá si no lo hubiera advertido no lo devuelvo, por que ha sido culpa mía, pero esta vez lo advertí y es algo serio como para que lo ignoren de esta manera. Y además lo que hicieron fue pasar el contenido a otro plato, por lo que la presentación del plato pasó a ser esto que ves en la foto, un auténtico churro. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Quizá la cosa más surrealista fue lo que pasó con las torrijas. Esto si que no lo había visto nunca en un restaurante. Javi y Suni se pidieron los dos el mismo postre y en vez de traer dos platos, cada uno con su postre, los pusieron los dos en un solo plato. Como detalle por San Valentín tendría su gracia, pero lo de poner dos platos en uno no tiene sentido ninguno. ¿Por qué iba a tener que compartir mi plato con otro comensal?
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Y me encantó el postre de Eva, muy original. Un helado de violetas con peta zetas, delicioso. 
Restaurante Otro Jerezano, Madrid
Como ves toda la comida es muy buena, la materia prima en general excelente. Pero muchos fallos cometidos, muchas cosas sin sentido. Me gustó el sitio, como para volver, pero no como para recomendarlo, pero creo que es un sitio con posibilidades. Cuidar la comida, pero dejar tantos detalles es un fallo, pero se puede corregir con facilidad. Volveremos, por que espero que cambien estas pequeñas cosas, que aunque pequeñas son muchas. 
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Dirección: Paseo de San Millán de la Cogolla, 26, 28050 Madrid
Teléfono: 912 34 74 66

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  1. Manuela
  2. Anónimo
  3. Anónimo
  4. Anónimo
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