Tarde de Minigolf

Entre mis habilidades para perder el tiempo no se encuentra el golf, que siempre me ha parecido algo super difícil, seguro que si no has jugado nunca, crees que eso de dar con un palo a una pelotita y mandarla lejos debe ser facilísimo, pero cuando jugué la primera vez al minigolf, empecé a admirar a los golfistas de verdad, que si en la versión mini ya es difícil en la versión «grande» debe ser ya imposible atinar a la bola y más llevarla hasta cerca del hoyo. Así que nunca me he planteado ni de lejos jugar al golf de verdad, pero el minigolf es otra cosa, es divertido, sobre todo para jugar en grupo. 

En el hotel hay un minigolf y se puede jugar gratis, así que hemos dedicado la tarde a divertirnos un rato a base de darle, literalmente, decenas de golpes a las bolas para conseguir llevarlas hasta los hoyos, que si llega a ser golf de verdad, seguimos allí todavía intentando llevarlas a algún sitio. 

Es un campo de 18 hoyos con el campo tematizado en el mar, basicamente por el faro (de las narices, luego lo explico) pero está chulo y hemos echado un rato divertidísimo. Algo que no te esperas y que resulta ser muy interesante.

Cesar y Mari si han jugado varias veces, pero Javi y yo es de nuestras primeras experiencias, pero es asequible, no tienes que ser un fuera de serie para pasar un buen rato. 

Javi se lo ha tomado muy en serio, demasiado, jejejeje por que ha perdido y se ha enfadado. 
Me ha salido muy competitivo el chico. 


El campo muy simpático con cosas de golf decorando, como los maceteros.

Y las papeleras


Como el hotel está lleno de lagos y estos llenos de tortugas (y cocodrilos sueltos, que a Mari la tienen loca de miedo) el campo está tematizado también con tortugas gigantes. 

Cada hoyo tiene una dificultad, de los más fáciles que en dos golpes los solucionas a otros más difíciles, con un record de 36 golpes para poder pasar uno. 

Este ha sido el hoyo de la muerte, que ninguno hemos hecho menos de 10 golpes para poder pasarlo y Mari se ha vuelto toda loca, que iba ganando y por culpa de este hoyo ha perdido. Había que pasar la pelotita bajo el faro y de un sólo golpe que entrase en uno de los tres agujeros que estaban detrás, sino la pelota caía hacia abajo de nuevo. 



Y al final, sorprendentemente ¡¡He ganado yo!! Si al final me va a gustar a mi esto del minigolf. Ha sido una experiencia muy divertida y Cesar y Mari van a uno que se juega por la noche con luces de neon en Madrid que tiene que ser muy divertido, nos lo apuntamos para una visita cuando estemos allí. 

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  1. Marymarisol
  2. Anónimo
  3. Sonia g

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