Un viaje un Aroma

El otro día te contaba que uno de los sentidos que tengo menos desarrollado es el oído, pero en contra el que tengo muy desarrollado es el olfato, que además es el sentido más evocador de todos. Soy de los asocio enseguida un olor a un sitio o una persona. Igual que me molestan mucho los malos olores, me gustan mucho los buenos y una manera de ganarme es por un buen olor, por ejemplo el despacho del director del banco con el que trabajamos huele genial, a mango y hace que me sienta muy bien allí. 
Los olores son tan importantes para mi, que para dormir cada noche echo unas gotas de colonia con aroma de coco en la almohada, el olor a coco me relaja y me ayuda a dormir, es un olor cálido y que me da sueño, porque ya lo tengo asociado a la cama. Hasta tengo un mini spray con ese aroma para llevármelo a los viajes. 
Y justo de aromas y viajes quería hablarte, porque hay una cosa muy bonita que Javi y yo hacemos relacionada con los viajes que consideramos más especiales y que te la recomiendo. Cuando vamos a ir a un sitio que tenemos muchas ganas de conocer, lo que hacemos es que compramos una nueva colonia que usamos durante todo el viaje, no nos llevamos la nuestra normal, sino esa, durante todo el viaje. A la vuelta nuestro cerebro ya ha asociado ese sitio con ese olor. Desde ese día, cuando me vuelvo a echar esa colonia, mi cerebro me lleva a ese sitio, es increíble. Muy efectivo. Así tengo un recuerdo muy especial, porque es algo sensorial.

Es como los cordobeses cuando nos «huele a primavera» por el azahar o a perol cuando olemos las jaras o los pinos. Los olores nos llevan a sitios o nos los traen a nosotros. Entonces si quieres que un viaje dure toda la vida, asocialo con un olor. Haz la prueba una vez y verás que cosa tan bonita tendrás para siempre.


¿Sabes a qué huele Nueva York? Pues huele a Rochas Men. Esta fue la primera vez que lo hice, era un viaje tan deseado, que tenía tantas de hacer  durante toda mi vida, que quería llevar un nuevo perfume y me compré el de Rochas, que lo había olido y me gustaba. Lo usé todos los días que estuvimos allí, siendo como fue un viaje que me impresionó tanto, me enamoré tanto de esa ciudad, que ahora cuando uso esa colonia (que es la mía de todos los días) siempre pienso en las vistas de Park Avenue desde el Waldorf Astoria. Cuando he vuelto a Nueva York esa es la colonia que llevo, así mi cerebro se «recarga» de su aroma.

 La Luna de Miel es el mejor viaje que se hace en la vida. No porque luego no podamos hacer muchos más mejores que ese, sino porque tienen un significado diferente a unas vacaciones. En nuestra Luna de Miel, teníamos dos meses para dar la vuelta al mundo y queríamos tener un nuevo olor para ese viaje, algo que nos recordase para siempre la aventura que emprendíamos, así que nos fuimos a una perfumería a buscar un olor para ese viaje. En mi caso fue Aqua de Bulgary. Para mi Australia, Nueva Zelanda, Hawai, etc tienen ese olor fresco, porque como era un viaje en primavera (austral), quería un aroma suave para ese viaje. Ahora puedo oler ese viaje cuando quiera.  El aroma de Javi fue Euphoria de Calvin Klein.

¿A qué huele Miami? A Terre de Hermes. Cuando compramos la casa, dijimos que allí debíamos oler de otro modo, que no podíamos usar la misma colonia que en Madrid, así que nos compramos un nuevo perfume, en mi caso ya lo tenía decidido, sólo necesitaba una excusa para comprarlo, me encanta como huele ese perfume. Cuando vamos a Miami no llevamos colonia, tenemos allí nuestros botes y son los que usamos siemrpe que estamos allí, quienes han venido con nosotros lo han visto. Javi usa Kenzo pour Homme, de Kenzo.

Hay que tener cuidado y comprar una colonia a la que luego puedas volver a acceder para que tengas siempre la posibilidad de seguir oliéndola, que no te pase como a mi en Finlandia. Cuando fuimos a Helsinki la primera vez, tomamos un ferry y nos fuimos a Tallin, en Estonia. El duty free del barco era el más barato que he visto en mi vida y me compré una colonia nueva, Pure Morning de Marc O’Polo. Que es una de mis colonias favoritas. El problema es que no es una gran marca, es una cadena sueca de ropa barata, tipo Zara, que no está en todos sitios y no se vende en perfumerías, así que es difícil conseguirla, la he tenido que encargar a amigos en viajes.

Otra de mis ciudades favoritas que tiene su propio aroma es Las Vegas. Esta ciudad tan divertida huele a Eau de Cartier, como allí hay tantas tiendas de lujo, los productos son mucho más baratos, así que solemos aprovechar los viajes para comprar allí las colonias y esta es la más cara que tengo, así que siempre la compramos allí y la uso allí, es un aroma a los caramelos de violetas tan típicos de Madrid, que me gustan mucho. Es un olor dulce, que no me suelen gustar mucho, pero este caso es algo tan evocador que es una colonia que me gusta mucho y me dosifico mucho en su uso.

Pero es quizá para mi madre para quien más significado pueda tener, no ya sólo el aroma, sino el momento y el fetiche. La primera vez que fuimos a Nueva York presentaron una fragancia de Lolita Lempicka, estábamos en Bloomingdales cuando la presentaban y daban a probar, a mi madre le encantó y se la regalamos. Desde ese momento ha sido su colonia, no sé la de botes que le hemos regalado desde entonces, porque ese es su perfume, tiene un significado para ella más allá de la mera fragancia.

Lo malo de esto es que como te estás imaginando, tenemos luego un montón de botes de colonia en casa, para al final usar siempre las mismas. Pero tienes tus aromas especiales para usar en momentos que quieres que signifiquen algo más y para los olores son tan evocadores que merece la pena la inversión en diferentes colonias. Te lo recomiendo…

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