Una Historia de Paternidad

Ahora que ya se está hablando de la adopción, pues hablaremos claramente, os iremos contando como van los trámites: ayer hablamos con una asistente social de la Comunidad de Madrid, nos han ofrecido su ayuda y cuando vuelva Javi tenemos una cita con un abogado para empezar a estudiar el tema. La asistente social ha dicho que nuestra situación es favorable para la adopción, matrimonio, pareja estable (10 años), nuestra buena situación de estabilidad, economía, relaciones sociales, etc; vivimos en una zona muy buena y el piso es en propiedad.. todas esas cosas que te preguntan. Pero adoptar es muy difícil, hay muy pocos niños para adoptar, pero lo vamos a intentar, haremos todo lo necesario, que por ahora sólo ha sido dar los primeros pasos.

Y ya que estamos quiero contar una historia de paternidad, como ya he dicho, los niños nunca han sido santo de mi devoción, pero aprendo y evoluciono y de eso va esta historia. Javi nunca ha tenido perro, y de hecho le daban pánico, cuando un perro estaba en la misma acera por la que él caminaba, se cruzaba, la de veces que he tenido que ponerme entre él y un perrillo porque se asustaba. Desde que nos conocimos dijo que él nunca tendría perro, que era algo que no podría soportar y con el tiempo me fui haciendo a esa idea, yo que siempre he tenido perro y me encantan. Hace unos años unos amigos se compraron uno y me encoñé mucho ella, una perrita que se llama Tara y Javi me vio y decidió que podríamos hacer la prueba a ver que pasaba. En contra a lo que él quería me regaló a Thor. Cuando fuimos a comprarlo había dos, uno precioso color canela con el pelo rizado para comérselo y al lado uno escuchimizao todo sucio que no hacía mas que vomitar por todo el escaparate. Me dio mucha pena el animalito y como soy así de «abogado de pobres» le dije que quería ese, el feo. Cuando llegamos a casa el pobre no dejaba de llorar y los primeros días no comió nada. Lo llevamos al veterinario y nos dijo que lo devolviésemos a la tienda, que se moría, tenía un parásito intestinal muy grave y era demasiado pequeño había sido destetado antes de tiempo y casi no tenía defensas (luego descubrimos que Thor es de esos perros que traen de los países del Este que se mueren casi todos). Nosotros dijimos que ya era nuestro perro, que no lo íbamos a devolver como una batidora, que haríamos lo que fuera porque sobreviviera. Empezaron a tratarlo, pero sin comer no iba a sobrevivir, al final el animalito estaba tan débil que casi ni se movía, la medicación sin alimentos no surtía efecto, nos dijeron que si en 24 horas no ingería ningún alimento se moría. Intentamos de todo, le compramos todo que se te ocurra que podría comerse el animalito y nada, al final cuando ya estábamos hechos polvo, Javi consiguió que Thor comiera yogur natural… no te imaginas como Javi lloraba. El que no quería ni ver un perro estaba llorando como un bebé porque había conseguido salvar al perrito y aquí tenemos a nuestro Thor.

Esta historia no es para contar lo buen padre que es Javi de un perro, es que en ese momento aprendí lo que cambia una persona con las experiencias, que no sirve de nada decir «yo no esto» o «yo no lo otro» porque al final la vida te hace pasar por esas cosas y eres tú el que ha de adaptarse y evolucionar.

Todas las personas que me conocen desde hace años y están por aquí (Sonia desde hace 17 años, Ana G desde hace 13 años o Sole desde 12) y ni que decir tiene que lo que puede decir mi familia sobre si yo algún día me casaría. Me he pasado toda mi vida diciendo que yo nunca me casaría y al final me casé emocionadísimo, con la boda perfecta que todo el mundo sueña. Todo el mundo pensó que del grupo de amigos sería el último en casarme o ni me casaría (¿Verdad Sole?). Con esto quiero decir que las personas cambian, Javi es un padre excelente, que sabe educar, cuidar (como hace ahora por su abuela) y tiene una mano excelente con los niños. Y yo puedo aprender, nada me impide ser un buen padre. Nadie que es padre tiene un master cuando emieza, se aprende sobre la marcha, creo que Javi ya tiene las practicas hechas, pero sé que yo aprenderé y además tendré muchas manos para ayudarme a ello (Pilar y Juana ya se ofrecieron ayer a ser las titas del niño).