Una Navidad «Inolvidable»

Estas navidades íbamos a pasarlas en Gredos. Mis padres se fueron antes y yo quedé que el 24 de Diciembre por la mañana me iba con Cesar y Mari para allá.

El día 23 Elena y yo trabajamos por la mañana y la tarde la pasé con mi hermano y a las 6 y media de la tarde estuvimos en la oficina, para que viesen el cuadro que compramos en la subasta del crucero, que ya nos ha llegado.

Antes de irme para Gredos, quise poner en el blog la felicitación navideña con la foto del balcón, la de más abajo, pero al salir para hacerla, vi que el muñeco de nieve estaba caído de medio lado, así que me llegué a la oficina a arreglarlo para la foto… al abrir la puerta noté que algo se movía y vi un pequeño trozo de cinta adhesiva que unía el marco con la puerta.

Yo entré tan tranquilo, pensando que era algo de Ana, pero claro, Ana se había ido varios días antes y eso se hace para controlar si alguien está en casa, para robar si la casa está vacía, se pone la cinta y si esta se despega es que la puerta se ha abierto, porque por si misma nunca se va a volver a pegar. Con toda mi calma, fui a colocar bien el muñeco y salí a la calle e hice las fotos. ¡Y llamé a la policía  Yo estaba solo y me daba mucho palo, así que llame a César y Mari y les pedí que vinieran. Y fui a casa de unos vecinos que me acompañaron. La policía llegó rapidísimo y les expliqué lo que había visto y les abrí el piso… no te imaginas la impresión de los dos tíos con las porras yendo habitación por habitación, abriendo los armarios, los baños… yo sabía que no había nadie porque yo mismo había estado unos minutos antes, pero impresiona.
La policía me dijo que nos habían marcado, que con toda seguridad el robo iba a ser el 24 por la noche o el 25 por la tarde. Que con estas fiestas la gente se va y por eso marcaron el piso el sábado por la tarde, porque la gente ya se había ido de puente; lo jodido es que el ladrón estuvo allí después de las 8 y yo llegué a las 8 y medía, así que casi lo pillo. Habían debido controlar nuestro piso, Ana al irse echó las persianas hasta abajo y eso daba mucho el cante. Además el piso de enfrente está vacío y la puerta del portal está siempre abierta. Me aconsejaron que «hiciese ruido», que no se notase que el piso está vacío, que hubiese luces, que cambiase de posición las cortinas y persianas. He de decir que los policías fueron majísimos, muy amables, se tomaron mucho tiempo para explicarme cosas y dar soluciones, un punto por la Policía Local de Alcobendas.

Y ni que decir tiene que el susto en el cuerpo era curioso… ahí tengo que dar las gracias a Juana y Angel que los saqué de casa a la carrera y Cesar y Mari que no se separaron de mi en dos días, hasta durmieron en casa. Así que no nos fuimos a Gredos, nos quedamos he hicimos lo que la policía nos recomendó, íbamos cada poco tiempo a cambiar luces, poner la tele, subí y y bajar persianas, recoger o soltar cortinas, poner plantas en las ventanas…

Por si los ladrones volvían a ver si estaba la cinta, les dejé un gran cartel en la puerta que decía que en el piso vivía gente y que la policía estaba avisada. Todo ha quedado en una anécdota, no ha pasado nada, aunque nos ha servido para tomar la decisión de cambiar las puertas, de casa y de la oficina. Ya tenemos cita para que vengan a tomar medidas el primer día del año y nos pongan las mejores puertas que existen. Una Navidad que no olvidaré.

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  1. juana
  2. Ana Gordejuela
  3. carlos

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