¡Y de repente una grata sorpresa!

En nuestras vidas conocemos a personas que pasan por ella, que dejan de estar y que les tienes cariño pero pierdes el contacto. Personas que son especiales y de las que aprendes mucho. Es ley de vida que conozcamos mucha gente pero terminemos perdiendo el contacto. Aunque parezca mentira en los años de vida del Blog también ha dado tiempo para ello y unas personas que fueron protagonistas por un tiempo del Blog y de nuestras vidas y desaparecieron… acaban de volver a aparecer.

Se trata de Carlos y Gabriela, nuestros compañeros de viaje mexicanos por el Oceano Pacífico. Un mes juntos en un barco durante nuestra Luna de Miel dieron para mucho, sobre todo para pasárnoslo genial y tomarnos mucho cariño mutuamente.

Tras un mes de aventuras y diversión como pocos meses en mi vida nos separamos en Nueva Zelanda cuando nos fuimos a recorrerla en coche de alquiler con promesas de volver a vernos. Pero la vida es así y al final ese contacto no se mantuvo. Aunque son personas a las que guardas en tu corazón con mucho cariño nunca dimos el paso de contactar, aunque siempre hemos tenido ganas de hacerlo. Pero han pasado tres años y el tiempo ha hecho que ya perdiéramos la esperanza de mantener de nuevo el contacto.
Y de repente… el Blog lo ha hecho posible. La hija de Carlos dio con el Blog buscando cosas sobre su padre y me escribió. Creía que era una revista y cuando le conté que era amigo de su padre y le conté como nos habíamos conocido nos ha vuelto a poner en contacto.

Durante estos años Carlos y Gabriella (Gaby, como la llaman ellos en la casa) han sido doblemente abuelos, por el hijo que se casó al poco tiempo de volver nosotros de Luna de Miel (que nos invitaron a la boda, pero no podíamos ir) y el hijo mayor de Gabriela tambien. Me los imagino como los abuelos más consentidores del mundo.
Ellos tambien están padeciendo la crisis económica y Carlos ha vuelto a trabajar en la empresa. Imagino que si a pequeña escala nosotros lo pasamos mal, a su escala ellos lo pasarán peor por la de gente que depende de ellos.
Y claro que ya nos han invitado a ir a México… algún día, algún día… tenemos muchas cosas que contarnos. Ellos tienen una casa en Miami tambien y no saben que fue precisamente por ellos por los que nos animamos a comprar la nuestra, Carlos siempre nos decía que hay que invertir, que hay que tener patrimonio y por eso ellos tenían casas en Nueva York, Miami o Aspen. Fue algo que tuvimos muy presente para tomar la decisión.
Espero que no perdamos esta vez el contacto, pero por ahora estoy la mar de contento de saber de unos amigos tan especiales.

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